La funcionaria reconoce que la construcción de grandes desarrollos, tanto de oficinas como habitacionales, se ha dado de forma dispareja durante los últimos años. Por ello, estas obras se han concentrado en algunos puntos de la CDMX, pese a que no cuentan con infraestructura urbana ni con servicios suficientes.
“De veras no podemos seguir desarrollando en Álvaro Obregón cerca de estas barrancas o, inclusive, utilizando parte del área verde que colinda con la barranca pero que es propiedad privada”, dice.
“No es que estemos en contra del desarrollo inmobiliario; simplemente, nuestra ciudad tiene límites. Hay umbrales que no podemos traspasar ya, porque estamos comprometiendo principalmente uno de los recursos estratégicos para nuestra ciudad, que es el agua”, señala la secretaria.
Para Villalobos, el dinero que pagan actualmente las inmobiliarias por obras de mitigación del impacto urbano debería aplicarse justamente en las zonas donde se construye, en vez de ser concentrado por la Secretaría de Finanzas como parte de los ingresos generales del gobierno capitalino.
“Estamos muy conscientes de que todos los impactos urbanos tienen que mitigarse en las propias zonas donde se generan estos impactos. Ahí tenemos un trabajo por delante también muy fuerte, porque si bien es cierto que acabamos de revisar las autorizaciones, también estamos revisando el cumplimiento de las mitigaciones”, comenta.
Los vecinos comenzaron a preocuparse hace algunos años por lo que pasaba en su calle, después por lo que pasaba en su colonia. Hoy se preocupan por lo que pasa en la ciudad”.
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