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El salario mínimo no es chivo expiatorio

Quienes toman decisiones en el sector privado deben cumplir su compromiso de lograr un SMG suficiente equivalente al costo de dos canastas básicas en 2026.
vie 28 noviembre 2025 06:06 AM
Economistas advierten por qué los grandes aumentos del salario mínimo son un riesgo que no nos conviene
No hay justificación alguna para mantener los salarios de pobreza. Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial tienen un compromiso con un salario mínimo general suficiente para dos canastas básicas, apunta Rogelio Gómez Hermosillo. (jesús Almazán)

Muchos analistas económicos argumentan su rechazo al aumento al salario mínimo general (SMG) desde una justificada preocupación por la situación económica actual con datos válidos sobre la situación macroeconómica. Pero esa evidencia carece de sustento para justificar el rechazo a un SMG suficiente para superar el umbral de pobreza en 2026.

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Parafraseando a Miguel Ríos: “el rock (ni el SMG) no tiene la culpa de lo que pasa aquí, son las rentas de la crisis de su civilización (modelo laboral), no nos carguen con el muerto, es un viejo cuento y esta vez no va a volar”.

Coincido en la gravedad del estancamiento económico, la reducción del empleo formal, las barreras arancelarias de Trump y sus amenazas sobre el T-MEC, la creciente falta de infraestructura para el transporte y para producir energía, el incremento de la inseguridad que afecta la economía. Hay evidencia suficiente sobre esos problemas y varios más que afectan gravemente nuestra economía.

Todo eso en gran medida es cierto y válido. Lo que es falso y tramposo es “cargarle el muerto” al SMG. La crítica al gobierno por la situación económica no justifica la oposición a la recuperación del SMG. Si bien se percibe como decisión política en realidad es un hecho económico: se lo ganan quienes trabajan, lo pagan las empresas.

Quienes toman decisiones en el sector privado deben cumplir su compromiso de lograr un SMG suficiente equivalente al costo de dos canastas básicas (CB) en 2026. Es un compromiso asumido por Coparmex desde 2017, en el documento “ Hacia una nueva cultura salarial ”. El documento se compromete con una “Ruta en el proceso de recuperación del SMG”, que es vigente.

El compromiso fue ratificado por la IP en 2018 en acuerdo con el presidente López Obrador. Se trazó un objetivo: recuperar el SMG hasta ser suficiente para superar el umbral de pobreza de dos personas, el costo de 2 CB en 2024. El objetivo se retrasó por la pandemia y otras circunstancias. Sigue siendo válido y está “a la vuelta de la esquina”, ahora sí, en el ajuste al SMG 2026. Sería absurdo y una grave falta a la palabra empeñada por la IP y por el gobierno quedarse unos “pesos” por debajo de ese umbral, por no hacer las cosas bien.

Hacer las cosas bien requiere lo mismo que Coparmex propuso en 2017: inocuidad en inflación, inocuidad en negociaciones colectivas, inocuidad en trabajo formal, incremento del poder adquisitivo. Esa es la real discusión sobre el SMG 2026 y no el “estado general” de la economía, que efectivamente requiere medidas urgentes correctivas. Ninguna de ellas justifica decisiones en detrimento de quienes menos ganan.

Después de 7 años ya se demostró que se cumple la condición de “inocuidad en la inflación”. Basta ver los datos: Aumento 2019 SMG +16.2% y en la frontera, SMF +100%, inflación anual: 2.8%. En 2020 SMG: + 20% y SMF +5%, inflación 3.2%. En 2021, SMG y SMF: +15%, inflación 7.4%. (en adelante, los aumentos a SMG y SMF fueron el mismo porcentaje, por eso no los diferencío). En 2022, SM + 22%, inflación 7.8%. En 2023, SM + 20%, inflación: 4.7%. En 2024, SM + 20%, inflación 4.2%. En 2025, SM +16%, inflación (estimada anual): 3.9%.

También se cumple el criterio de inocuidad en las negociaciones colectivas. La clave está en la “fórmula” de recuperación de los SM con dos componentes: el monto independiente de recuperación, en pesos, que aplica sólo a los SM y el porcentaje de referencia, ligeramente superior a la inflación, que sirve para el “efecto faro” de las negociaciones colectivas.

El incremento del SM no produjo aumentos salariales generales. Hay mucha evidencia, baste un dato, mientras el SMG aumentó: +233%, el salario promedio del IMSS aumentó + 27%, ambos entre 2018 y 2025, en valor real, pesos de valor constante. ¿Así o más claro?

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La informalidad permanece constante, afectando a la mitad de la población ocupada desde 2005, no ha cambiado estos años. El dato difundido hoy de la ENOE 2025 – III no modifica la situación estructural, tampoco se le puede “cargar el muerto” de la informalidad al SMG.

Para hacerlo bien, el gobierno y la IP necesitan cuidar tres detalles importantes: 1) Estimar bien el costo de la CB durante 2026. 2) Aumento diferenciado entre SMG y SMF. 3) Mantener la “fórmula” que diferencia entre monto de recuperación al SM y porcentaje ligeramente superior a la inflación.

No hay justificación alguna para mantener los salarios de pobreza. Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial tienen un compromiso con un SMG suficiente para dos canastas básicas, para cumplir con el criterio constitucional. Les pido cumplir su palabra. Es lo mínimo y es ¡YA!

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Nota del editor: Rogelio Gómez Hermosillo es Presidente Ejecutivo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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