La relación bilateral con Estados Unidos se encuentra en uno de sus momentos más tensos de la historia reciente. Sin embargo, liderazgos políticos en México se empeñan en debilitar nuestra posición frente al país vecino con torpezas discursivas. Al menos en dos ocasiones diferentes, la presidenta Sheinbaum expresó su desacuerdo por la propuesta legislativa del presidente Donald Trump- el famoso One Big Beautiful Bill- que contempla, entre otras cosas, gravar las remesas enviadas por personas no estadounidenses. En ese contexto, señaló en su conferencia matutina del 15 de mayo que, de ser necesario, “nos vamos a movilizar”. Posteriormente, en un evento en San Luis Potosí el 24 de mayo, Sheinbaum reiteró su amenaza. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña no se quiso quedar atrás y ridiculizó una propuesta de un senador estadounidense para elevar la tasa de 3.5% aprobada por la Cámara de Representantes a 15%.
Torpezas discursivas

Ninguna de estas declaraciones pasó desapercibida del otro lado de la frontera. Ahora, la presidenta es responsabilizada por las protestas que se han desencadenado en Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos por las redadas migratorias. Más allá de eso, se han utilizado estas declaraciones imprudentes en el marco de una disputa interna de carácter político y legal entre la administración Trump y el gobernador de California sobre la participación de la Guardia Nacional y los marinos en estas redadas.
De esta manera, la presidenta e integrantes de su movimiento político optaron por conducir nuestra relación más importante y sobre la que se tiene una enorme dependencia como si se tratara de un mitin político. Se decidió enviar dedicatorias cándidas y sin cuidado, en el mismo tono que manejan la política nacional, en lugar de elaborar un análisis detallado de la política interna que permita la construcción de mensajes estratégicos para avanzar nuestros intereses.
El One Big Beautiful Bill de Donald Trump, que concentra toda su agenda legislativa para este periodo, ya encontraba resistencias significativas de legisladores republicanos Senado. Por otro lado, las tensiones entre su administración y las denominadas ciudades santuario ya se encontraban álgidas ante las presiones ejercidas para la ejecución de las políticas migratorias de Trump. Pero, por una mala asesoría o por ingenuidad, se optó por la desmesura y la imprudencia, que resultan fatales en asuntos diplomáticos, especialmente en momentos de alta tensión.
Estas imprudencias trascienden lo anecdótico y tienen consecuencias concretas en la relación bilateral, ya de por sí sumamente mermada. No solo empañan los esfuerzos negociadores para lograr un acuerdo que elimine los aranceles al aluminio, que actualmente encabeza el secretario de Economía, sino que debilitan la posición de la presidenta frente a sus contrapartes. No es normal que una jefa de Estado tenga que responder directamente a las acusaciones de una persona de un gabinete extranjero para desdecirse de su llamado a las movilizaciones. Tampoco es normal que una jefa de Estado y no su Canciller reciba en Palacio Nacional a un subsecretario para una reunión una a uno, como sucedió esta semana con Christopher Landau.
Se acumulan las derrotas diplomáticas y aumentan las presiones políticas. Hace unos días, la Suprema Corte de los Estados Unidos rechazó de manera unánime la demanda del gobierno mexicano contra fabricantes de armas por su responsabilidad en la violencia generada por el narco en México. La presidenta ya no puede utilizar esta demanda como moneda de cambio en las discusiones en torno a la amplia lista de asuntos bilaterales. Mientras tanto, continúan las especulaciones con respecto a integrantes de su partido y su gabinete que estarían en la mira del gobierno estadounidense por sus vínculos con el crimen organizado. México pierde fichas y Trump sigue jugando con los aranceles. Parecería importante que la presidenta siga su propio consejo de mantener la cabeza fría para evitar caer en torpezas discursivas.
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Nota del editor: Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a Georgina De la Fuente.