Cambios en la forma de aprender
A nuestro país el virus Covid-19 lo tomó en una posición vulnerable en prácticamente todos los aspectos (económicos, sociales, sanitarios y educativos): agudizó e hizo más notorias muchas debilidades del sistema de educación mexicano. Para entender nuestra actual condición, habrá que echar un ojo a los datos que arrojó la prueba PISA en 2022: México se posicionó en el lugar 35 de los 37 países miembros de la OCDE sujetos a evaluación. Mientras que la media de los países de la OCDE es de 478 puntos, México consiguió un promedio de 407 unidades.
El rezago es claro. Somos el nada honroso tercer país dentro de la OCDE con más baja calificación en Matemáticas y Comprensión Lectora y el último lugar en Ciencias. La caída registrada es la peor desde que PISA nos evalúa, esto es desde 2000. Dos de cada tres estudiantes no lograron realizar operaciones matemáticas, uno de cada dos no comprendió una lectura y en ciencias, uno de cada dos se ubicó en el último peldaño de competencia.
Aunado a lo anterior, que por sí solo es preocupante, algo que nos heredó el estar confinados fue la modificación de los estilos de aprendizaje. Un proyecto, en el que participé caracterizó a los estudiantes de una universidad privada en el centro del país, en función de su preferencia cognitiva para aprender. Se recabaron datos de 2017 a 2024, incluyendo a 9,220 estudiantes universitarios. Lo que observamos fueron cambios drásticos en las maneras de aprender de los alumnos. Es decir, modificaron su estilo de aprendizaje durante y después del confinamiento.
Los estilos de aprendizaje son siete: activo, teórico, reflexivo, pragmático, reflexivo-teórico, activo-pragmático y activo-pragmático-reflexivo-teórico. Se encontraron tres aspectos relevantes:
1) Hay una propensión de ciertas áreas del conocimiento hacia un estilo de aprendizaje. Por ejemplo las ciencias de la salud tienden a requerir un enfoque más activo, debido a las demandas prácticas de estas áreas. Este enfoque fue más adaptable a la enseñanza virtual.
2) El estilo de aprendizaje cambió su tendencia y patrón en la transición de la modalidad presencial a la virtual, en ambos géneros, con ajustes en la forma en que los estudiantes procesan y retienen información.
3) Las correlaciones entre el tiempo medido por ciclo escolar y las variables asociadas a la lectura fueron negativas. El estudio muestra que entre 2017 y 2023, las preferencias de aprendizaje de los estudiantes se han visto afectadas por la pandemia. En general, durante el confinamiento se documentó una baja en la velocidad y comprensión lectora. Después del regreso a las clases presenciales, el estilo de aprendizaje predominante volvió a ser Reflexivo-Teórico, aunque con una disminución en ciertos indicadores de rendimiento en lectura.
Profesionistas menos preparados
Ese último resultado es congruente con los reportes de la prueba PISA. Hemos retrocedido en la velocidad, pero sobre todo en la comprensión lectora. Tenemos todos los elementos que reflejan que cada año incursionan al mercado laboral una cantidad notable de profesionistas que no cuentan con las habilidades necesarias que las empresas y empleadores en general necesitan para un funcionamiento adecuado y para beneficio del país.