Los ejercicios de participación ciudadana llevados a cabo en los últimos años: la revocación de mandato y la consulta popular, tampoco fueron ejemplo de integridad electoral, en realidad se llevaron a cabo como caprichos políticos para demostrar la fuerza electoral del partido en el gobierno, la ciudadanía no tuvo interés y la participación fue muy baja; 17% en el primero y 7% en el segundo. Los pocos participantes fueron resultado de la movilización de los gobiernos loclaes y el federal, en conjunto con Morena.
Estas elecciones judiciales están siguiendo los mismos patrones. Una elección novedosa, en la que las reglas se van generando conforme avanza el proceso y se van presentando situaciones, los derechos políticos y electorales de decenas de personas han sido violados producto del desaseo en la conducción del proceso, particularmente por parte de la Mesa Directiva del Senado de la República, la inequidad es otro elemento que se ha señalado, pues algunos y algunas realizan actos de promoción que constituyen una franca campaña anticipada, y también, a pesar de la prohibición de la participación de partidos políticos, vemos como Morena esta decidido a ser un factor más en este proceso.
Sumado a todo esto vemos la falta de condiciones que enfrentan quienes serán candidatos y candidatas, sin recursos, sin tiempos de radio y televisión y con reglas sumamente complejas de entender y cumplir, tendrán que hacer campaña durante 60 días. Los favoritos que cuentan con la estructura partidista o gubernamental tienen ventajas.
Las elecciones locales no se quedan atrás. Con recursos insuficientes y el tiempo encima más de la mitad de las entidades federativas también renovarán sus judicaturas. Los casos de Nayarit y Yucatán llaman la atención, pues con escasos tres meses tienen que llevar a cabo sus elecciones.
La participación ciudadana en la elección no se prevé muy alta, la propia presidenta del INE ha señalado que de manera optimista rondará sobre el 10%. La forma novedosa de votar, en boletas electorales en las que habrá listas, nombres y números y en las cuales se deberá seleccionar mujeres y hombres por separado, depositando todas las boletas en una sola urna (en algunas entidades como CDMX recibiremos 11 boletas diferentes), junto con el escaso entendimiento de la función que desempeñan los jueces y la polarización que existe respecto a la pertinencia de esta reforma como mecanismo de selección de la judicatura parece que generan un entorno poco propicio para la participación masiva.
Al final, muy probablemente la participación ciudadana será, en gran medida, producto de la movilización que lleve a cabo el gobierno federal, los locales y el partido mayoritario.