Polarizada, la conversación en redes sociales sobre el regreso de Trump

Donald Trump inauguró su segundo periodo presidencial el 20 de enero y desde entonces las redacciones no han tenido descanso en la cobertura. Tan solo unas horas después de la toma de protesta, el presidente Trump firmó 200 órdenes ejecutivas que pusieron contra las cuerdas todos los fundamentos que protegían los derechos civiles de los inmigrantes. La información le ha dado varias vueltas a cada decisión de Trump sobre políticas migratorias, que sí tuvieron efectos inmediatos sobre la vida de las personas migrantes en la frontera con México.

La aplicación CBP One, plataforma migratoria para agendar citas en los puertos de entrada y cruzar legalmente la frontera, cerró tan rápido como Trump empezaba el discurso inaugural (10 a.m. hora de la CDMX). La jornada recién empezaba y los medios de comunicación enfrentaron la saturada agenda de la administración reciente, que sucedía entre nombramientos y especulaciones sobre el futuro de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.

Desde las 5 p.m, las redes sociales engendraron especulaciones sobre las posibles órdenes ejecutivas que Trump materializaría en las siguientes horas. El levantamiento de la prohibición de TikTok, el Golfo de América, la condición del 25% de aranceles para las mercancías provenientes de México y Canadá, entre otros temas. Sin embargo, el tema que inflamó la conversación mediática fue la hostil política migratoria de aplicación casi simultánea. Aunque era fácil indagar en las acciones anti migratorias de Trump, que estuvieron presentes en toda su campaña presidencial, muchos expertos no dimensionaron la magnitud de dichas decisiones.

Naturalmente, las redacciones llenaron sus agendas con el seguimiento administrativo de las órdenes ejecutivas, posibles consecuencias de corto plazo y recomendaciones para las audiencias que sean potenciales víctimas de la deportación en masa que se espera ocurra en días consecuentes. Pero las buenas intenciones de los medios digitales no se comparan siquiera con los nuevos mecanismos de diseminación de información en redes sociales.

Elon Musk y Mark Zuckerberg, presidentes ejecutivos de X y Meta, estuvieron en el evento inagural de Donald Trump como invitados de honor. Zuckerberg dispuso de la estructura de Meta para alinearse con las nuevas narrativas de choque del poder ejecutivo, eliminando el programa de verificadores y donando recursos para fondos del partido republicano que fueron usados para la ceremonia inagural. Meta también lanzó un comunicado aceptando que existen usuarios vinculados al perfil público de Donald Trump sin que estos pulsaran el botón de “seguir”.

Mientras tanto, Musk será nombrado como “Secretario de Eficiencia Gubernamental”. El dueño de X y de Tesla ha mostrado desdén por la autonomía digital, las democracias libres y las ideologías “woke”. No es secreto para nadie que X fue instrumentalizada como herramienta para hacer eco de discursos de odio durante la campaña de Trump. Tampoco es nuevo para los usuarios de X que su página de inicio esté llena de propaganda nacionalista y que sea cada vez menos eficiente para seguir noticias neutrales de agenda internacional. Musk tuvo el desatino de hacer un saludo vinculado con la ideología nazi, aún así, muchos usuarios en X defendieron este lamentable gesto como “libertad de expresión”.

Para muchos usuarios de redes sociales es claro que estas son ahora un espacio propandístico. La herramienta de medición digital Brand 24 señala que los tópicos más populares son las palabras “plagio”, “tentación” y “robar” en ruso. A pesar del evidente atropello de los derechos civiles y el retroceso del reconocimiento de las identidades trans, los medios digitales registran que las narrativas negativas y positivas sobre estos temas estan balanceadas. No existe una tendencia predominantemente, ni a favor ni en contra, de la cobertura mediática de la toma de protesta de Donald Trump.

En una nota más alentadora, la discusión sobre las acciones anti-migratorias en redes sociales proyectan sentimientos negativos, situación que revela el esfuerzo de los usuarios para mantener la vigencia de los temas sobre derechos humanos. Las recientes órdenes ejecutivas generan, en su mayoría, sentimientos de rechazo, desaprobación y preocupación sobre los posibles riesgos de la deportación masiva.

Los arrebatos entre la desinformación y la defensa de los derechos civiles apenas comienzan: nos hace falta educación mediática y tolerancia para enfrentar escenarios que se avistan más hostiles de lo que imaginamos al comienzo de este nuevo periodo presidencial de Donald Trump. Podemos tomar algunas acciones para cotrarestar estos efectos, como buscar información directamente de las fuentes o sitios digitales de medios con narrativas neutrales, desapegarnos del uso constante de redes sociales y participar en discusiones moderadas para la defensa de los derechos civiles, sin caer en discursos de odio ni estereotipos. Quizas la coyutura digital se mitigue en el mediano plazo, pero unas semanas serán suficientes para normalizar las conductas nocivas de las redes sociales.

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Nota del editor: Alejandra G. Marmolejo. Profesora de ciencias sociales en el Tecnológico de Monterrey, y candidata a Doctora en Políticas Públicas por la Escuela de Gobierno y Transformación Pública de la misma institución. Miembro del Observatorio Digital de Medios. Síguela en Threads como @alegmarmo. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.