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#Opidemia | La verdad sobre el voto en el extranjero

¿Qué hacer para que el voto foráneo sea más atractivo y pueda tener una mayor incidencia en la democracia mexicana?
lun 16 diciembre 2024 06:02 AM
Votar es un derecho: hazlo por ti y por todos tus compañeros
Ha causado mucho revuelo el que el Instituto Nacional Electoral (INE) anunciara que el voto en el extranjero quedará fuera de la elección judicial, señala Javier Rosiles Salas.

Al parecer hay más defensores del sufragio foráneo que votantes de esta modalidad. Es políticamente incorrecto pronunciarse en contra del voto en el extranjero, pero la realidad es que su peso político es nimio.

Nadie podría estar en contra del ejercicio de un derecho político, sin embargo, son innegables los problemas que se presentan en su operación. Favorece los procesos democráticos, constituye un reconocimiento a la realidad del fenómeno de la migración, busca incluir en la toma de decisiones a quienes por diversos motivos han tenido que abandonar el país.

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Pero también es cierto que hay una ciudadanía ausente en dos sentidos: 1) personas que votan en un territorio distinto a aquel en donde viven, con los riesgos naturales por la falta de información precisa, actualizada y suficiente, y 2) un amplio desinterés por ejercer el sufragio desde fuera de México.

Ha causado mucho revuelo el que el Instituto Nacional Electoral (INE) anunciara que el voto en el extranjero quedará fuera de la elección judicial, esto es, que quienes residen fuera del país no podrán participar en la renovación de jueces y juezas, magistrados y magistradas, ministros y ministras en la elección del próximo año (segunda sesión extraordinaria del Consejo General del pasado 13 de diciembre).

Siete consejeros descartaron esta modalidad frente a tres que se pronunciaron en su favor. Entre quienes la desecharon, Uuc-kib Espadas argumentó: “me parece que pretender que los mexicanos que no van a ser sujetos de jurisdicción de ciertos jueces los elijan, es una pretensión que no se sustenta tampoco en el derecho al voto garantizado por la Constitución. Un principio básico de democracia es que las personas puedan votar por quienes ejercen autoridad sobre ellas, y en este caso resultaría una franca contradicción que personas que no pueden ser juzgadas por las personas que se van a elegir, deban decidir quiénes son las personas que juzgaran a otras personas”.

Para la consejera Dania Paola Ravel el problema para no considerar la modalidad tiene que ver con una imposibilidad material y técnica: “estamos haciendo realmente esta elección extraordinaria a contracorriente. Una de las cuestiones a las que nos tenemos que enfrentar es el tiempo tan acotado que tenemos para realizar esta elección (…) aunque es el tiempo habitual en el que organizamos una elección ordinaria, pero esta elección es distinta, muy distinta a las que hemos organizado”.

Una de las consejeras que defendió el voto en el extranjero en la elección judicial de 2025 fue Carla Astrid Humphrey. “Me parece que es una lucha histórica que ha dado la comunidad migrante. No veo razones de peso para excluirles”, dijo al principio de su participación. Posteriormente mencionó el clásico argumento de la numerosa comunidad mexicana en el extranjero.

Es cierto, “según el IME, mexicanos de primera generación hay más de 12 millones, pero si ya hablamos de segunda y de tercera, llegamos casi a 36, 37 millones. Estos 12 millones a los que hago referencia es un padrón electoral mayor a países como Portugal, Bulgaria, solamente menor a, por ejemplo, el padrón del Estado de México en nuestro país”, tal como citó Humphrey.

Empero, las cifras demuestran un enorme desinterés de los mexicanos residentes en el extranjero por votar, esa es la realidad. Son datos que la propia consejera mencionó en su discurso: en 2006 votaron 32,621 personas, ahora se recibieron 184,326 votos. ¿No es una cantidad insignificante frente al gran padrón potencial del que se habla, integrado por más de 12 millones de personas?

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En las elecciones de 2024 se establecieron por primera vez tres modalidades: por internet, presencial y la ya tradicional vía postal. Pese a ello, el incremento en la participación, en la suma de votos entre 2006 y 2024, fue de apenas 151,705 sufragios. Bajo el principio ideal de cada voto cuenta y puede resolver una elección, la cifra es loable; en términos reales, nadie puede defender, seriamente, que el voto en el extranjero decide hoy día una elección presidencial en México.

¿Qué hacer para que el voto foráneo sea más atractivo y pueda tener una mayor incidencia en la democracia mexicana? Esto es todavía algo que está por remediarse y seguirá siendo un pendiente más del INE. Por lo pronto, en lo que respecta a la elección judicial de 2025, será un pendiente menos: sería más la carga presupuestal y de logística que el impacto real en una elección en la que se puede augurar una participación desinformada y escasa. Ya se verá.

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Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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