Una situación común que tiende a generar molestias entre vecinos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) del INEGI del tercer trimestre del año, el 35.7% de las y los mexicanos ha tenido algún conflicto con sus vecinos. La alcaldía Cuauhtémoc encabeza este indicador en el país con 64.9%, una de las demarcaciones de la Ciudad de México donde mayor ruido se genera, principalmente asociado a la vida nocturna o al consumo de alcohol en establecimientos formales e informales.
El estudio indica que el ruido es uno de los tres detonantes principales de diferencias vecinales, junto con la basura y el estacionamiento.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los sonidos nocturnos por arriba de los 40 decibeles pueden afectar el sueño, mientras niveles superiores a los 55 se consideran perjudiciales para la salud humana, física o emocional, a largo plazo. Sin embargo, en áreas urbanas pueden alcanzar entre 70 y 90 decibles.
Para mitigar los efectos negativos, diversas ciudades han desarrollado regulaciones con la intención de equilibrar las necesidades del comercio con el bienestar vecinal. Madrid y Barcelona implementaron Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), donde los niveles de ruido superan lo permitido por la ley, aunque se restringen las licencias para nuevos establecimientos y limitan el horario de funcionamiento.
En la Ciudad de México, la presencia de chelerías en tianguis, afuera de locales o de viviendas demanda un control, sobre todo de las actividades ilegales registradas alrededor de estos negocios. Desde el 4 de octubre entraron en vigor las sanciones aprobadas por el Congreso local, con multas de hasta 3,257 pesos o arrestos por 36 horas.
Este año, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) ha recibido en el número de emergencias 911 cerca de 700 reportes relacionados con esos locales, más de la mitad concentrados en las alcaldías Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.