México cuenta con más de 92 metrópolis que integran a 421 municipios y concentran a más del 60% de la población del país. La articulación de territorios metropolitanos y la consolidación de mecanismos de gobernanza metropolitana sigue siendo un ejercicio complejo y difícil de proyectar. En un país eminentemente metropolitano y fragmentado, ¿las ciclovías metropolitanas puede ser un primer paso para convertirnos en ciudadanos metropolitanos? Tejer redes, conectar y hacer accesibles tanto los territorios periféricos como los centrales es, sin duda, uno de los retos principales de las metrópolis mexicanas.
Ciclovías, el camino hacia una ciudadanía metropolitana en México
El uso de la bicicleta ha experimentado un auge significativo en las principales zonas metropolitanas de México. Sin embargo, la oferta de ciclovías sigue concentrándose en los municipios centrales.
En la Ciudad de México, más del 2% de todos los viajes se realizan en bicicleta, impulsados por una red de más de 230 kilómetros de ciclovías, de los cuales 11 kilómetros constituyen su primera ciclovía metropolitana, conectando Naucalpan a la Ciudad de México. El Área Metropolitana de Guadalajara estima alrededor del 2.7% de los viajes en Bici y ha sido pionera en la creación de una red metropolitana de ciclovías. La Zona Metropolitana de Monterrey, aunque apenas comienza a invertir en infraestructura ciclista, tiene la oportunidad de promover la reducción del uso del automóvil a través del desarrollo de ciclovías metropolitanas que conecten sus 11 municipios.
En el Valle de México se estima que cada año se pierden colectivamente 650 millones de horas debido a la congestión. En este contexto, el impacto de la bicicleta en la reducción del tráfico y la descongestión de las vías metropolitanas es innegable; cada ciclista representa potencialmente un automóvil menos en las calles.
La nueva ciclovía metropolitana del Valle de México, que permite reducir un trayecto de 40 minutos en hora pico a solo 20 minutos en bicicleta, es un claro ejemplo de cómo las ciclovías pueden redefinir la movilidad urbana. Más allá de la eficiencia en tiempo, este tipo de infraestructura promueve una mejor conexión entre los distintos territorios que conforman las zonas metropolitanas, facilitando la integración entre áreas periféricas y centrales.
Además de reducir nuestros tiempos de trayecto, la bici promueve una movilidad más equitativa, proporcionando un medio de transporte accesible y económico, especialmente para los sectores más vulnerables. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en la agenda de justicia social para garantizar que la planificación de estas infraestructuras, asegure que los beneficios de la movilidad ciclista se distribuyan de manera equitativa.
Uno de los principales retos para establecer redes de infraestructura ciclista y garantizar su uso será, sin duda, promover la intermodalidad. El efecto multiplicador del uso de la bicicleta es particularmente significativo en áreas donde las ciclovías están bien integradas en la red de transporte público, permitiendo a los ciclistas combinar diferentes modos de transporte y optimizar sus rutas.
La extensión de sistemas de bicicletas de anclaje tipo Ecobici en todo el territorio metropolitano será clave para promover su uso a escala metropolitana. Estos sistemas no solo facilitan el uso cotidiano de la bicicleta, sino que también fomentan una cultura de movilidad, ofreciendo a los usuarios una solución de transporte flexible y asequible que se adapta a sus necesidades de desplazamiento diario.
La ciudad de París es un caso de éxito en movilidad ciclista, impulsado por la preparación para los Juegos Olímpicos. Con el objetivo de alcanzar el 10% de los viajes en bicicleta, implementó un ambicioso Plan Metropolitano que incluyó la creación de más de 200 kilómetros adicionales de infraestructura ciclista. Este plan se extendió por la mitad de las comunas metropolitanas e incluyó la instalación temporal de estaciones Vélib' cerca de las sedes olímpicas, facilitando los desplazamientos tanto para residentes como para visitantes.
Lee más
Este ejemplo de París nos ofrece un modelo a seguir para acelerar la infraestructura ciclista a escala metropolitana, especialmente ahora que Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey serán sedes del Mundial 2026. Este evento representa una oportunidad única para impulsar el uso de la bicicleta y expandir las ciclovías, mejorando la movilidad durante y después del evento.
Desarrollar y planear infraestructura ciclista a escala metropolitana, integrándola con otros modos de transporte, es un paso crucial para construir metrópolis más conectadas e inclusivas. Fortalecer la ciudadanía metropolitana puede comenzar con algo tan simple y poderoso como poder rodar en bicicleta desde cualquier rincón de la ciudad hacia nuestro estadio favorito.
_____
Nota del editor: Joselyne Ramírez es fundadora y directora general de Linking Minds, consultoría especializada en soluciones estratégicas, de políticas públicas que promueve entre otros el desarrollo de espacios de gobernanza y diálogo para la inclusión de las necesidades y aspiraciones de la población. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.