El sistema Ecobici de la Ciudad de México (CDMX) se asocia directamente con la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Desde su lanzamiento en 2010 y hasta 2023, ha logrado una reducción de 6,380 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), cifra comparable a las emisiones generadas por aproximadamente 764 millones de automóviles. Este logro subraya la relevancia que tiene el sistema Ecobici en la promoción de una movilidad urbana sostenible y su impacto positivo en la agenda climática de la CDMX.
#ColumnaInvitada | Ecobici, un esquema operativo contra la crisis climática
Hoy, cuando los efectos del cambio climático se perciben con mayor intensidad debido a la generación desmedida de GEI por actividades humanas, se vuelve crucial atender la agenda climática.
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Hoy, cuando los efectos del cambio climático se perciben con mayor intensidad debido a la generación desmedida de GEI por actividades humanas, se vuelve crucial atender la agenda climática. A nivel nacional, se prevé una reducción del 35% en las emisiones de GEI para 2030 , con el CO2 como principal gas a disminuir. Esta meta exige el desarrollo y adopción de políticas públicas de mitigación a nivel estatal para alcanzarla.
Es así que la CDMX, en su “ Plan de reducción de emisiones del sector movilidad ” ha establecido el objetivo de reducir en un 30% las emisiones de contaminantes criterio de fuentes móviles para 2024. Parte de esta estrategia incluye disponer de 10,000 bicicletas de Ecobici para finales de 2024. A mitad de este año, la CDMX ya ha logrado un 90% de esta meta, a pesar de las dificultades en el crecimiento de la infraestructura y las bajas demandas de los sistemas de transporte debido a la pandemia por Covid-19.
En un país donde la quema de combustibles fósiles es la principal fuente de generación de gases de efecto invernadero, y donde esta actividad coloca a la generación de energía en el primer lugar y al transporte en el segundo, resulta crucial destacar que sistemas como Ecobici, que promueven el uso de la bicicleta, pueden contribuir significativamente al ahorro de energía. De acuerdo con la investigación de D. Metz en 1983 , el uso de la bicicleta puede ahorrar más del 90% de la energía en comparación con el uso de un automóvil privado. Este ahorro se debe a la menor necesidad de energía para la propulsión de la bicicleta en comparación con un vehículo motorizado.
Precisamente el 15 de marzo de 2022, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución para integrar el uso generalizado del uso de la bicicleta y su promoción en los sistemas de transporte público, promoviendo el desarrollo sostenible. Asimismo, destacó que la bicicleta es un modo de transporte sostenible que envía un mensaje positivo para fomentar el consumo y la producción sostenibles, con efectos beneficiosos para el clima. Por su parte, ONU-Habitat menciona que la promoción del uso de la bicicleta contribuye a un sistema de transporte sostenible que impulsa el crecimiento económico, reduce las desigualdades y refuerza la lucha contra el cambio climático, todos ellos elementos fundamentales para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.
Bajo estas consideraciones de agenda global, el sistema Ecobici ha sido capaz de que el 57% de sus usuarios haya realizado un cambio modal, es decir, dejar de depender de un vehículo motorizado por el uso de la bicicleta. En este escenario, el 19% de los nuevos usuarios deciden dejar sus autos en casa y utilizar la bicicleta para sus desplazamientos; mientras que el 7% prefiere no usar un servicio de transporte privado por aplicación y opta por realizar ese viaje en Ecobici. Asimismo, el 31% de los nuevos usuarios de Ecobici suelen elegir las bicicletas del sistema en lugar de otros servicios de transporte público.
Aparte, uno de los beneficios de Ecobici es la presencia de sus 678 cicloestaciones, que en muchos casos han logrado una dieta vial. Esta redistribución del espacio vial puede contribuido a reducir las emisiones generadas por vehículos estacionados. Por ejemplo, el Departamento de Energía de Estados Unidos informó que el ralentí de los vehículos personales genera aproximadamente 30 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) anualmente. La eliminación de estos espacios de estacionamiento y su conversión en cicloestaciones no solo fomenta el uso de la bicicleta, sino que también ayuda a contrarrestar las emisiones producidas por los autos en inactividad.
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Por último, y dado el éxito en cuanto a la atención de la crisis climática, el modelo operativo y financiero de Ecobici de la CDMX debe lograr:
- Ampliación en más alcaldías: Dada la funcionalidad y efectividad de Ecobici en la reducción de emisiones de CO2e, es crucial no escatimar en su implementación.
- Implementación en el Estado de México (Edomex): Dado el éxito de Ecobici en la CDMX y la intensa interacción entre ambas entidades, este esquema tiene un gran potencial para implementarse en el Edomex, especialmente en su capital y municipios conurbados. La expansión de Ecobici en estas áreas contribuirá significativamente a la reducción de emisiones de CO2e y promoverá un transporte más sostenible.
- Apoyos internacionales y colaboración: Fomentar la colaboración internacional y el apoyo de organismos globales para financiar y compartir mejores prácticas en la implementación de sistemas de bicicletas compartidas, como Ecobici, puede ayudar a expandir y mejorar estos sistemas en otras ciudades del mundo. Los gobiernos y la comunidad internacional deben proporcionar recursos y apoyo financiero para expandir Ecobici, asegurando su operatividad a corto, mediano y largo plazo. Esto incluye la provisión de fondos, la transferencia de tecnología y conocimientos, y la creación de marcos regulatorios que faciliten la implementación y expansión de estos sistemas.
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Nota del editor: Víctor Alvarado es consultor independiente y especialista en movilidad y políticas públicas. Síguelo en X (@Ar7ois). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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