Reducción de la pobreza y salarios dignos
Por: Ivet Rodríguez
"Lupita y yo estamos como en una luna de miel", dijo Don Arturo, el administrador de un edificio de condominios en la Ciudad de México. Lupita, una señora de mediana edad que había trabajado como encargada de limpieza en el edificio durante unos cinco años, había reportado recientemente al comité vecinal que se sentía incómoda por la constante vigilancia de Don Arturo, quien le tomaba fotos mientras realizaba su trabajo.
Al ser confrontado por el comité de vecinos del edificio sobre estas quejas, él negó las acusaciones, alegando que probablemente ella había hecho esos comentarios para pedir más dinero, ya que, según él, las mujeres con salarios bajos suelen recurrir a esos argumentos. Además, afirmó que su relación laboral con Lupita era como "una luna de miel".
El resto del comité vecinal, compuesto por cuatro hombres y solo una mujer, apoyó a Don Arturo, un arquitecto retirado. Uno de los miembros, un odontólogo con un consultorio privado, incluso comentó que la mujer que limpiaba su consultorio ganaba 2,000 pesos y nunca se quejaba, mientras que Lupita, ganando el doble, sí lo hacía. Finalmente, Lupita renunció.
Un estudio realizado por la consultora Korn Ferry analizó datos salariales de más de 20 millones de empleados en 110 países y 25,000 organizaciones. Comparó los salarios entre hombres y mujeres en dos contextos laborales: mismo nivel laboral y misma empresa; mismo nivel laboral, misma empresa y misma función. Encontró que los hombres tienden a ocupar roles en funciones y sectores mejor remunerados. Además, en industrias donde las mujeres son mayoría, los hombres ocupan la mayoría de los cargos directivos y de liderazgo.
Por primera vez, una mujer estará en una posición que en México y Norteamérica siempre ha sido ocupada por un hombre: la presidencia. Como máxima jefa de Estado, tendrá la oportunidad -y la responsabilidad histórica- de equilibrar la balanza.