El sistema de naciones se encuentra en suspenso. El inexplicable ascenso de Donald Trump en las preferencias electorales en Estados Unidos parece constituirlo en un factor que añadiría más tensiones a un contexto global inestable.
Elecciones en EU: la necesidad de construir respuestas en un escenario de riesgo
En el ambiente local de la Unión Americana, se están recrudeciendo las narrativas que han generado una alta rentabilidad para los políticos racistas y xenófobos, y en ese contexto Donald Trump se encuentra en el mejor de los escenarios, con lo que ello supone la necesidad de la construcción de una respuesta coherente en el entorno político de la Unión Americana y, en lo concerniente a México, la urgente construcción de iniciativas sólidas de parte de la próxima administración, habida cuenta de que la gestión actual declinó desde el primer momento oponer un discurso innovador frente a las políticas agresivas del vecino del norte.
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Un actor y socio relevante de México en su estrategia frente a una eventual segunda administración Trump, es la comunidad mexicana radicada en aquel país. En la próxima elección representará el 15% del padrón electoral a nivel nacional, además de que jugará un papel clave en los estados bisagra de este país. Por ejemplo, en Nevada representa el 29.3% de la población (Data USA and Jorgensen 2024), mientras que en Arizona hay 2.3 millones de latinos; en otros estados, incluso ya no son minoría, como por ejemplo California, donde ya constituyen más del 40% de la población. Por ello, es evidente que tanto Biden como Trump tendrán que pensar seriamente en cómo persuadir a este grupo tan numeroso para conseguir su voto.
Este grupo no solamente destaca por su importancia numérica, demográficamente son muy jóvenes. Solamente el 33% del padrón latino tiene 50 años o más. El promedio, se ubica en 39 años de edad, un voto joven que mayoritariamente tiene preferencias liberales. Analizando las preferencias electorales del grupo, la mayoría históricamente se ha inclinado por el Partido Demócrata. Ha fluctuado desde 1992 hasta 2016 entre el 58% y el 71%; sin embargo, en los últimos 10 años es cuando más se ha inclinado el porcentaje de apoyo al Partido Republicano a pesar del discurso xenófobo de Trump, lo que le permitió captar más de un cuarto del voto latino en las pasadas elecciones.
En este contexto, a pesar de que el voto latino tiene mayoritariamente preferencias liberales, la gestión Biden ha sembrado una creciente inconformidad hacia las administraciones demócratas en los últimos años. No obstante, la incidencia del voto latino dependerá en gran parte de su participación, ya que a pesar de que los republicanos han captado una parte del voto en las últimas elecciones, la comunidad ha mostrado también altos niveles de abstención. Por ende, el mayor desafío de los demócratas no será convencerlos de votar por ellos, también tendrán que conseguir que salgan a votar.
Ante el panorama político por el que atraviesan, tanto Estados Unidos como México, sale a relucir una de las tareas más importantes del Estado mexicano: el fortalecimiento de los lazos con la diáspora latina que vive en territorio del vecino del norte. Por ejemplo, hoy en día, existen diversas iniciativas del gobierno mexicano que buscan mantener esos lazos, como los programas del Instituto de Mexicanos en el Exterior, programas cívicos y culturales, y la Red Consular mexicana en Estados Unidos.
Las acciones y programas que promueven la cultura mexicana y latina en Estados Unidos son clave para fortalecer el sentido de identidad y orgullo cultural entre la comunidad latina. Esto puede ser especialmente importante para hacer frente a la discriminación y los prejuicios, al fortalecer la resiliencia frente a los discursos de odio, discriminación e incluso, atentados contra la vida de la comunidad latina en la Unión Americana.
El fortalecimiento de los lazos con la diáspora latina, por parte del gobierno mexicano, es esencial para apoyar y proteger a nuestra comunidad en este actual contexto político y social, cada vez más complejo y desafiante para nuestros connacionales en Estados Unidos.
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Nota del editor: Javier Urbano (javier.urbano@ibero.mx) es Coordinador de la Maestría en Estudios sobre Migración, posgrado adscrito al Departamento de Estudios Internacionales (DEI) en la Universidad Iberoamericana; Ximena Cisneros (a2243249@correo.uia.mx) y Emilio Cruz (a2167189@correo.uia.mx) son estudiantes en la licenciatura en Relaciones Internacionales de la UIA-DEI. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a los autores.