El lunes 18 de marzo, la activista y madre buscadora, Ceci Flores , acudió a Palacio Nacional a entregarle una “pala de mando” al presidente López Obrador.
“Me encuentro aquí, hoy, en Palacio Nacional, con la intención de entregarle esta pala al presidente. Así como le entregó el bastón de mando a Sheinbaum para que hiciera su trabajo, yo le quiero entregar a él esta pala con la que he escarbado la tierra por diferentes partes del país para que también él haga su trabajo”, dijo la madre buscadora. Y agregó: “Esta pala no debería estar en mis manos nunca. La tuve que agarrar por necesidad, para encontrar a mis hijos, pero tenemos tres años de persecución mi familia y yo, sufriendo muchísimas cosas porque estamos haciendo el trabajo que le correspondería al gobierno”.
Luego, remató: “Estoy cansada de estar siendo perseguida, amedrentada, atemorizada. (…) Les he dado todas las herramientas para que lo hagan [para que busquen a las personas desaparecidas]. No lo hacen porque no lo quieren hacer. (…) Necesitamos que escuchen las peticiones, las plegarias, las súplicas de las madres que buscamos a nuestros hijos”.
Cuando una periodista que cubría la mañanera le dijo a López Obrador que Ceci Flores estaba afuera de Palacio Nacional para entregarle la “pala de mando”, el presidente respondió: “Que me la deje aquí”, sin siquiera inmutarse ni mostrar dolor, compasión o empatía.
En la misma mañanera, la secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, presentó una actualización del censo nacional de personas desaparecidas. Según estas cifras, actualmente hay 99,000 personas desaparecidas en México. La cifra oficial era de 114,000, pero el gobierno federal alega haber encontrado a 15,000 personas gracias a la “metodología” que puso en marcha para tal propósito, una metodología que ha sido cuestionada por expertos en el tema y organizaciones de derechos humanos.
Ante el supuesto hallazgo de 15,000 personas y la reducción de la cifra de personas desaparecidas, la propia Ceci Flores —en entrevista con Pascal Beltrán del Río— declaró: “¿Y dónde los encontraron si no buscan, si los que buscan somos los colectivos?”.
Así pues, a la atroz realidad de la desaparición de personas en México —una auténtica crisis moral, de violencia y de derechos humanos— debemos agregarle la indolencia política del oficialismo, que coloca grandes esfuerzos en maquillar las cifras y muy pocos en encontrar a las personas desaparecidas y evitar que continúe la perpetración de desapariciones.
Ya habíamos visto una reacción similar de López Obrador en una mañanera hace pocos días. Frente a la manifestación de los normalistas de Ayotzinapa, que culminó con la irrupción de éstos a Palacio Nacional, el presidente denunció una supuesta conspiración de sus opositores para manipular a los familiares de los 43 desaparecidos y ponerlos en contra de su gobierno.