Las estadísticas revelan que sólo el 25% de los roles de liderazgo en el sector salud es ocupado por mujeres, y la brecha salarial de género se mantiene en un preocupante 24%, según la OMS. En contraste, en México, esta situación se agrava aún más, ya que únicamente el 6% de las mujeres en el sector ocupa cargos directivos y, por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres sólo obtienen 81.67, a pesar de que realizan el mismo trabajo.
Las mujeres enfrentaron una doble carga durante la pandemia: además de las presiones y riesgos, se vieron obligadas a asumir más responsabilidades en el trabajo doméstico no remunerado que equivale a más de media jornada laboral adicional debido al cierre de escuelas y otras instituciones. A esta carga se suma la latente amenaza de acoso y violencia sexual que pueden sufrir muchas de estas trabajadoras, generando un ambiente laboral precario e inseguro para ellas.
Esta situación ha llevado a muchas mujeres al límite, forzándolas a tomar la difícil decisión de abandonar sus empleos en el sector de la Salud. Esta tendencia está ocurriendo principalmente en países de altos ingresos, los cuales en respuesta están reclutando activamente a profesionales de la salud de otros países, creando una 'gran migración' de mujeres trabajadoras de la Salud.
El éxodo de mujeres profesionales de la Salud no solo afecta la respuesta a pandemias, sino que tendrá consecuencias devastadoras para los sistemas de salud - como el caso de México - que buscan reconstruirse y alcanzar la cobertura sanitaria universal. Ejemplos recientes, como la renuncia de 100,000 enfermeras en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia y de más de 170,000 miembros del personal de Salud en el Reino Unido en 2022, ilustran la magnitud del problema.
Esta crisis pone en grave riesgo los sistemas de Salud ya que, al igual que muchos otros países, podemos esperar una fuga de talento de personal sanitario calificado. Ejemplos que demuestran la gravedad del problema pueden observarse en el aumento de enfermeras indias calificadas que se han dirigido al Reino Unido, el éxodo de más de 1,200 enfermeras en Zimbabwe en 2021 y un aumento del 43% en la tasa de renuncia de enfermeras en Ghana comparado con 2018.