Luego de intensas negociaciones al más alto nivel entre el gobierno federal, el de Nuevo León y Elon Musk, este anunció el 1 de marzo la construcción en ese estado de la quinta planta ensambladora de Tesla. La inversión inicial se estimó en 5,000 millones de dólares (mdd) y 35,000 empleos directos. La expectativa era que por estas fechas arrancaran formalmente los trabajos para desplantar el complejo a ubicarse en el municipio de Santa Catarina, en la periferia de Monterrey.
#ColumnaInvitada | Tesla, la inversión incierta
Tras rumores sobre una posible postergación a 2027 de los planes de inversión, el 18 de octubre Elon Musk enfrió las expectativas y afirmó tener dudas debido al contexto económico mundial, “me preocupa el entorno de altos tipos de interés en el que estamos, sólo puedo insistir en que la gran mayoría de la gente que compra un auto lo hace con un pago mensual, y a medida que suben las tasas de interés, la proporción de ese pago mensual aumenta de forma natural”, manifestó.
La firma pionera de autos eléctricos cuenta con tres complejos en Estados Unidos (Fremont California, Austin Texas y Reno Nevada) y dos en el exterior (Berlín y Shanghái, en China, el mercado más grande de autos eléctricos del mundo); el año pasado produjo 1.9 millones de unidades en conjunto.
La planta de México fue seleccionada entre media docena de opciones (Alemania, Brasil, Canadá, China e Inglaterra) por la cercanía con la frontera estadounidense y por la reconocida mano de obra del sector automotriz. Se produciría una nueva generación de vehículos eléctricos que sería el de menor precio de la marca.
Si bien el hombre más rico del planeta dijo que se estaban sentando las bases para iniciar la construcción y realizando los trámites necesarios, prefería hacerse una idea de cómo está la economía mundial antes de ir “a toda máquina” en la nueva factoría.
En junio pasado, el gobernador Samuel García -que de manera inesperada solicitó dejar el gobierno al menos por un tiempo- informó que la construcción de la fábrica automotriz de Tesla arrancaría en dos o tres meses con la visita del magnate y que el primer automóvil eléctrico de la compañía estaría listo en 2024. Ambos pronósticos habrán de posponerse por ahora.
Tres años y medio después de la aparición del Covid se resienten aún las secuelas del profundo daño que causó a la economía mundial. Las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional señalan que al terminar este año la economía mundial habrá crecido un 3%, una caída de medio punto respecto al cierre de 2022.
El incremento de precios de bienes y servicios no da tregua en ningún país, sea desarrollado o no. Primero se atribuyó a la interrupción de las cadenas de suministro por el cierre de fábricas en China debido a medidas sanitarias; luego se prolongó por el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Ahora mismo los Bancos Centrales se mantienen cautos sobre la posibilidad de disminuir las tasas de interés que no han ayudado a enfriar las economías como en Estados Unidos que es del 5.33% con una inflación que se mantenido los últimos dos meses en el 3.7%. El Banco de México por su lado, mantiene en 11.25% los tipos desde marzo pasado para buscar abatir la inflación que se mantiene estancada en torno al 4.3% a tasa anualizada.
A la crisis sanitaria y el conflicto bélico, se suma ahora la inestabilidad en Medio Oriente de cuya duración dependerá el incremento de precios de insumos estratégicos como el petróleo. Musk no lo dijo explícitamente, pero la proliferación de conflictos regionales representa un factor geopolítico que consideró para poner en pausa la llegada de los 10,000 mdd que, se estima, costará la gigafactory de Tesla.
El día que se anunció la prórroga, la empresa automotriz dio a conocer una caída de 44% en sus ganancias por los recortes que ha aplicado al precio de sus automóviles. En una sola jornada perdió 70,000 millones de dólares en Bolsa.
Hace un año analicé en este espacio (Nearshoring, aprovechar la oportunidad), el reacomodo que las grandes compañías hacían de las inversiones globales y la importancia estratégica y geográfica que tenía nuestro país para atraerlas. De acuerdo con la Secretaría de Economía, en el primer semestre de este año la Inversión Extranjera Directa fue de 29,000 mdd, monto 41% superior al mismo periodo de 2022, que registró 20,636 mdd.
Nuevo León fue el segundo estado con mayor atracción de IED; para ese estado y el país es fundamental que se materialice la multimillonaria inversión y en ello deben aplicarse. Para disipar las dudas deben iniciar las obras de infraestructura solicitadas por el fabricante de autos.
No deseamos incertidumbre sino certezas, que es lo que piden siempre los hombres de negocios, acompañadas de beneficios para las y los trabajadores. Por lo visto el panorama económico y político no avizoran en el corto plazo el arranque de este ambicioso proyecto.
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Nota del editor: La autora es titular de la Unidad de Igualdad de Género y Cultura de la Fiscalización de la ASF. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.