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#ColumnaInvitada | ¿Y la salud de las mujeres? Adiós a las Normas Oficiales

Las Normas Oficiales Mexicanas establecen protocolos y marcos de referencia sobre prácticas médicas, el correcto seguimiento de los procedimientos y uso de los medicamentos.
mar 27 junio 2023 06:00 AM
Clínicas de atención a la mujer
La salud de las mujeres es un asunto de Estado, señala Claudia S. Corichi.

El 1 de junio fueron canceladas 33 Normas Oficiales Mexicanas relativas al sector salud, tras publicarse el Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023. Algunas de ellas se relacionan con padecimientos y enfermedades de mujeres como el cáncer cérvico uterino, de mama, la diabetes o el fomento a la lactancia materna.

En 1992 se expidió la primera legislación de las NOM, la Ley Federal sobre Metrología y Normalización que quedó abrogada el pasado agosto. Las definía como regulaciones técnicas de observancia obligatoria cuya finalidad era establecer las características que deben reunir los procesos o servicios en caso de dañar la salud humana. Según el Catálogo Mexicano de Normas, actualmente están vigentes más de 700.

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La NOM 014 de cáncer cérvico uterino y la 041 de mama fueron publicadas en 1995 y 2011, respectivamente, mientras que la de diabetes en 2010. Como era de esperarse, su cancelación ha generado una natural preocupación en asociaciones de la sociedad civil y fundaciones dedicadas a su atención. A partir de ahora, sin una guía o regulación, queda a criterio de cada institución pública o privada de salud, los procedimientos para su detección.

De acuerdo con las Estadísticas de Defunciones Registradas del Inegi, entre enero y junio de 2022, las tres principales causas de muerte fueron enfermedades del corazón, diabetes y tumores malignos; en ese periodo 23,000 mujeres perdieron la vida a causa de tumores y 30,000 por diabetes. Seguramente las medidas de detección oportuna, prevención, tratamiento y control ayudaron significativamente a que no se registrara una mortalidad más alta.

Si la inquietud está en las organizaciones, en los pacientes recae la incertidumbre, especialmente por los criterios que habrán de adoptarse para atender sus padecimientos y continuar con sus tratamientos. Se estima que en México cada año se presentan aproximadamente 15,000 nuevos casos de cáncer de mama y 10,000 de cáncer cérvico uterino.

Suprimir las 33 Normas pone en riesgo el proceso de atención médica dirigido a las mujeres, niñas y niños, porque en ese listado se encuentran además las relacionadas con lactancia materna, sobrepeso y obesidad, la atención a la salud del grupo etario de 10 a 19 años y la prestación de servicios de asistencia social para niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo y vulnerabilidad.

Las Normas establecen protocolos y marcos de referencia sobre prácticas médicas, el correcto seguimiento de los procedimientos y uso de los medicamentos. Al desaparecerlas, la forma de seguir un tratamiento ya no contará con un marco referencial. Establecen también los procesos estandarizados de atención médica de calidad, el diagnóstico oportuno y tratamientos integrales de padecimientos, en suma, la garantía de una oportuna y eficiente atención médica.

Entre las voces que reclaman su prescripción por parte de la autoridad normalizadora de la Secretaría de Salud, se advierte la ausencia de un diagnóstico que informe su estado actual, la necesidad de presentar alternativas y la justificación que explique la medida.

El Estado mexicano debe garantizar el derecho a la protección de la salud como lo dispone el artículo 4° constitucional. Al respecto, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022, nos ofrece un buen panorama del conjunto de la población mexicana, especialmente de niñas y mujeres. Entre 1999 y 2001 las mujeres de 20 años o más que viven con obesidad aumentaron de 26 a 39%; por otro lado, 15 millones de personas en México viven con diabetes.

Las enfermedades crónicas no transmisibles entre ellas cardiovasculares, los diferentes tipos de cáncer y diabetes han pasado a ocupar los primeros lugares como causa de muerte entre la población. Lo peor, dice la Ensanut, es que muchas de estas enfermedades podrían haberse prevenido de haber actuado a tiempo.

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La misma encuesta señala que durante 2022, el 23.9% de las mujeres de 20 años o más se realizó una prueba de Papanicolaou para la detección de cáncer cervicouterino, una caída considerable respecto de 2012 (42.8%). El grupo de edad de 40 a 59 años reportó el mayor porcentaje (30%). El 13.6% de aquellas que acudieron a que les realizaran la prueba lo hizo porque presentaba alguna sintomatología.

En el caso de la exploración clínica de senos, 16.7% de las mujeres de 20 años o más reportó haberse realizado dicha prueba (28.9% en 2012). La mayor frecuencia se observó en el grupo de 40 a 59 años. El 20% de las mujeres a quienes les realizaron la exploración acudió porque tenían alguna sintomatología.

Las Normas proscritas hace unas semanas, se ocupaban de “la prevención, detección, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica” del cáncer cérvico uterino y del cáncer de mama; regulaciones que fueron hechas, en todo caso, para ser actualizadas o mejoradas, no eliminadas.

La salud de las mujeres es un asunto de Estado.

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Nota del editor: la autora es titular de la Unidad de Igualdad de Género y Cultura de la Fiscalización de la ASF. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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