La escena queda para la historia: Donald Trump , ex presidente de Estados Unidos, sentado en el banquillo de los acusados, escuchando 34 cargos en su contra en una corte de Nueva York. Es histórico e inédito. Nunca antes un ex presidente había enfrentado cargos formales y mucho menos de esta manera, con la atención del mundo en una cobertura exhaustiva, con horas y horas de seguimiento, con las cámaras hambrientas de un vistazo, mínimo, del protagonista.
#LaEstampa | Donald Trump en el banquillo de los acusados
Vale la pena subrayar una vez más que este proceso no vulnera los derechos políticos de Trump. Puede contender por la candidatura presidencial republicana y puede buscar la Presidencia.
@LeonKrauze
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Lo que sigue será un largo camino hacia un posible juicio. Vale la pena subrayar una vez más que este proceso no vulnera los derechos políticos de Trump. Puede contender por la candidatura presidencial republicana y puede buscar la Presidencia. Quien diga lo contrario, miente.
En la arena política, el proceso legal en su contra ha significado una bonanza para Trump. Absolutamente todas las figuras relevantes del Partido Republicano, incluidos antiguos y actuales antagonistas suyos, han respaldado sin matices a Trump. Si ya era dueño del partido, después de la acusación formal lo es todavía más. Por supuesto, hay algo paradójico en ello. ¿Quién hubiera pensado que un parteaguas tan embarazoso se traduciría en enorme rédito político?
Pero no todo es miel sobre hojuelas para Trump. Podría ser hallado culpable. Podrían sumarse otros casos, mucho más graves. Y, por supuesto, podría resultar el candidato presidencial republicano sólo para resultar el candidato perdedor en la elección presidencial. Porque algo está claro: no es lo mismo la base republicana, tan trumpista, que el electorado en general, que ya le ha dado la espalda a Trump en dos elecciones consecutivas.
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Ese hombre de mirada desafiante en la Corte de Manhattan podrá enamorar a sus devotos, pero los escépticos son harina de otro costal. En cualquier caso, falta más de 1 año y medio para descubrirlo. El periplo será agotador para la democracia de Estados Unidos. Y el destino, incierto.
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Nota del editor:
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.
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