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#Oteador | El partido tradicional con cubierta naranja

Movimiento Ciudadano es un partido regional, incapaz de haber postulado a un candidato presidencial propio: apoyó a Cárdenas en 2000, a AMLO en 2006 y en 2012, y a Ricardo Anaya Cortés en 2018.
lun 13 marzo 2023 06:00 AM
Movimiento Ciudadano descarta alianzas para 2023 y 2024
Dante Delgado, coordinador nacional de Movimiento Ciudadano.

Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, es un partido cuya solicitud de registro se generó desde prisión. Su líder fundador, Dante Delgado Rannauro, fue acusado de desvío de fondos cuando se desempeñó como gobernador interino de Veracruz, entre diciembre de 1988 y noviembre de 1992. Desde Pacho Viejo se iniciaron los trámites de lo que sería una agrupación política nacional, primero, y luego un partido con registro nacional.

Delgado Rannauro fue cercano a Fernando Gutiérrez Barrios, quien encabezó la Dirección Federal de Seguridad en tiempos de Gustavo Díaz Ordaz. Cuando Gutiérrez Barrios fue nombrado secretario de Gobernación por el flamante presidente en 1988, Carlos Salinas de Gortari, lo sustituyó en la gubernatura veracruzana.

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Las desavenencias en el interior de su partido llevaron a Delgado Rannauro a renunciar al PRI en 1995. Perseguido por el presidente Ernesto Zedillo y por quien lo sucedió como gobernador, Patricio Chirinos Calero, estuvo encarcelado más de un año. Al salir de prisión su insistencia rindió frutos: Convergencia por la Democracia A.C. fue reconocida como agrupación política nacional en enero de 1997 y como partido en agosto de 1999.

El partido de Delgado Rannauro sufrió una reestructuración importante en 2011, cuando pasó de Convergencia a Movimiento Ciudadano, no solo en su organización interna, sino también en la manera de ofertarse: ya no como un partido, sino como un movimiento, al estilo de lo que impulsó López Obrador con su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Desde siempre, en las dos grandes etapas en que se divide la historia de su partido, ha sido Delgado Rannauro quien toma las decisiones, ya sea como presidente de la dirigencia nacional o del Consejo Nacional, como portavoz o representante, como coordinador de la Comisión Operativa Nacional, de manera formal o informal. Un control e influencia que alcanza, prácticamente, un cuarto de siglo.

Movimiento Ciudadano es un partido regional, incapaz de haber postulado a un candidato presidencial propio: apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas en 2000, a Andrés Manuel López Obrador en 2006 y en 2012, y a Ricardo Anaya Cortés en 2018.

Si bien se mencionan personajes como Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco; Samuel García Sepúlveda, gobernador de Nuevo León, o Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal de Monterrey, hay voces que perfilan a un externo, hoy miembro de la Cuarta Transformación, como su próximo candidato presidencial: Marcelo Ebrard Casaubón, actual secretario de Relaciones Exteriores.

MC es un partido comarcal con un limitado alcance nacional, apenas suficiente para mantener el registro. Una muestra de esta debilidad es la reciente decisión de no participar en las elecciones para las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, bajo el muy endeble argumento de que “la vieja política ya pactó. No es ningún secreto: los partidos en el poder se pusieron de acuerdo entre ellos para que todo siga igual”. Un partido tradicional criticando la vieja política.

Al partido naranja se le reconocen oficialmente 381,735 afiliados, menos del 7% de los mexicanos que se encuentran registrados en un partido político y cuya cifra asciende a poco más de cinco millones y medio. Sus bastiones son claros: Jalisco, donde se concentra el 16% de su militancia, además de Guerrero y Veracruz, con el 10% y 8%, respectivamente.

La fortaleza de MC ha sido el tejimiento de alianzas diversas en el ámbito estatal, asociado con figuras como Gabino Cué Monteagudo (Oaxaca), Arturo Núñez Jiménez (Tabasco), Miguel Ángel Mancera (Ciudad de México), Mauricio Vila Dosal (Yucatán), Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (Guanajuato), entre otras.

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Una interesante paradoja del partido de Delgado Rannauro es que se reconoce a sí mismo como un partido socialdemócrata --de acuerdo con el artículo primero de sus estatutos “se sustenta en los valores y principios de la Socialdemocracia renovada y en la búsqueda y consolidación del nuevo Estado democrático”--, pero sus grandes victorias se han dado en bastiones panistas. Una socialdemocracia respaldada por el conservadurismo de derecha.

Movimiento Ciudadano ha desarrollado campañas de comunicación política exitosas; es famoso su jingle de “movimiento naranja, el futuro está en tus manos; movimiento naranja, movimiento ciudadano” y varios políticos quisieran tener el reconocimiento mediático que alcanzó Yuawi López.

Entre sus propuestas, enmarcadas en su planteamiento de “la evolución mexicana”, algunas pueden ser atractivas para algún sector del electorado: jubilación para amas de casa, licencias de paternidad y maternidad, datos móviles libres para estudiar.

Movimiento Ciudadano ha buscado distinguirse de los partidos tradicionales PAN, PRI y PRD y se ha enfrentado a su otrora aliado el presidente López Obrador. Pero en el fondo, hasta ahora, no ha podido dar muestras de innovación política: sigue siendo un partido no moderno, tradicional, con un liderazgo añejo, pero eso sí, con una seductora --y encubridora-- cobertura naranja.

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Nota del editor: el autor es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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Opinión Política Movimiento Ciudadano

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