Además de las lesiones y las muertes que ha causado el abandono del Metro, otra de sus consecuencias es el miedo. Los usuarios ya no se pueden sentir seguros al utilizar este medio de transporte. No es una exageración decirlo.
Habrá quien me responda que la mayoría de los viajes son seguros: que los accidentes son excepciones y no la regla. Tendrían razón, pero aún así es natural que el temor, la angustia y la incertidumbre se apoderen de muchos usuarios debido al aumento de los percances y la falta de voluntad política para incrementar los recursos y los esfuerzos destinados al mantenimiento de la red y los trenes.
Hay más viajes “seguros” que “inseguros” en las combis que tanto se utilizan en la Ciudad y el Estado de México para transportar personas, pero aún así los asaltos recurrentes ocasionan miedo e incertidumbre en los usuarios. Con el Metro, aplica el mismo principio.
Los costos sociales de este miedo, esta angustia y esta inseguridad en los usuarios del Metro son complicados de medir, pero sin duda son enormes. Alrededor de 4.6 millones de personas utilizan este transporte diariamente. Muchas de ellas pasan más de cuatro o cinco horas al día en sus estaciones y sus vagones debido a la longitud de sus traslados y la saturación del servicio.
Es decir, probablemente decenas de miles de usuarios experimentan ansiedad y temor, a diario, durante estas largas horas, al realizar una actividad que más bien debería ser cotidiana y apacible: desplazarse por la ciudad que habitan.
Por todo ello, no sorprenden las feroces críticas contra la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, por las paupérrimas condiciones en las que se encuentra el Metro. Estas críticas provienen de diversos frentes: de los ciudadanos indignados, de los analistas (de distinto signo político) que la consideran irresponsable y, por supuesto, de los partidos de oposición, cuya función es precisamente ésa: encontrar los errores del gobierno en turno y aprovecharse de ellos para señalar su ineptitud, a fin de posicionarse como una alternativa viable para solucionar los problemas que afectan a los votantes.