También sugiere que sean los ministros y ministras quienes decidan publicar sus proyectos de resolución, acto que hoy depende del acuerdo del Pleno. Esto parte de la convicción de que “el más mínimo cuestionamiento de opacidad tiende a permear y afectar la legitimidad social de todo el Poder Judicial de la Federación en su conjunto”.
Por lo demás, la ministra Piña estima que la política de combate a la corrupción emprendida hasta ahora principalmente en el Consejo de la Judicatura tiene que ampliarse a la Suprema Corte y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En consecuencia, propone crear una Comisión Anticorrupción del PJF que permita “armonizar la aplicación en la institución del Programa de Implementación de la Política Nacional Anticorrupción para otorgar certidumbre en el combate a estas conductas”.
Finalmente, otro aspecto destacable de su proyecto es el énfasis en el uso de las nuevas tecnologías para, primero que nada, ampliar el acceso a la justicia mediante el impulso a los trámites a distancia, pero también con el objetivo de eficientar el trabajo administrativo y jurisdiccional.
Todos estos puntos son buenos augurios, en especial en el presente contexto de ataques reiterados al Poder Judicial por parte del Ejecutivo. Por supuesto, queda por ver cómo la presidenta Piña implementará las acciones inscritas en su plan de acción y de qué forma sorteará los posibles ataques del presidente de la República. Al respecto, el carácter fuerte de la ministra, que hasta le valió el apodo de la Motomami del Poder Judicial, nos permite ser optimistas. Sin duda, vienen años interesantes para el Poder Judicial.
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Nota del editor: * Laurence Pantin (@lpantin) es coordinadora del Programa de Transparencia en la Justicia de México Evalúa. Agradece las revisiones de Pablo García y Octavio Ortega.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.