En el funeral de González, sus amigos y familiares exigían justicia. Uno de sus colegas de la cadena Switch FM, consternado, decía: “Es triste que tengamos que estar aquí. Que tengamos que vivir siempre con miedo”.
En el llamado “jueves negro” perdieron la vida 11 personas. Entre las víctimas, un niño de 12 años y dos mujeres, una de ellas embarazada.
De rodillas
El terror, se deriva del vocablo latino que significa temblor. Se aplica al intenso miedo que alcanza tal intensidad que provoca temblores en su manifestación somática. El terror es una de las peores sensaciones que puede tener el ser humano.
El miedo nos detiene de cierta manera, nos controla y ata. Todos tendremos que sentirlo alguna vez, estamos condenados como humanos a ello.
¿Qué sucede cuando los grupos del crimen organizado buscan infundir terror en la población con métodos sádicos como el secuestro, la tortura o el ataque a inocentes?
Hay una línea muy delgada que el narcotráfico ha cruzado en repetidas ocasiones, cuando se han olvidado del beneficio económico, para imponer autoridad y mostrarle al gobierno que ellos tienen el poder suficiente para desestabilizar las sociedades.
En prácticamente todos los países del mundo se reconoce el terrorismo como una actividad criminal con la finalidad de cometer ataques dirigidos, de forma deliberada contra la población civil, o que no distinguen entre civiles y otros objetivos.
El terrorismo tiene distintas causas: políticas, religiosas o separatistas. Pero la siembra de dolor causada en distintas ciudades del país, en recientes días, desnuda una situación evidente y, aunque el gobierno mexicano quiera negarlo, estamos inmersos en una etapa moderna de narcoterrorismo, la cual es liderada por los criminales, quienes han puesto de rodillas a la población y les ha resultado benéfico para su interés común: humillar a sus perseguidores.
En artículos anteriores he analizado la conducta de los grupos criminales en cuanto a sus prácticas en distintos estados de la República. Los bloqueos, quemas de autos o camiones, el incendio de tiendas de autoservicio, ataques a oficinas gubernamentales, etc; no son nuevas. Sin embargo, lo ocurrido el pasado 11 de agosto en Ciudad Juárez, Chihuahua, debe llamar poderosamente la atención para debatir si es necesario legislar y hacer constitucional el término “narcoterrorismo” dentro de la Carta Magna.
Los actos de barbarie cometidos por el cártel responsable van mucho más allá de una “oleada de violencia”. A todas luces han decidido emprender una guerra contra inocentes, tomando como rehenes a todos los ciudadanos.