Por primera vez México ha logrado mantener una inflación menor a la de Estados Unidos desde el 2001, e incluso que Europa. Sin embargo, los pronósticos son terribles para nuestro país en el 2023. Para muchos expertos, el 8.3% que pregona el gobierno mexicano podría estar disfrazado de números mucho más altos, que rondan el 10% y 11%.
Para la calificadora Moody´s, México podría entrar en recesión para mediados de 2023, que se extendería al menos nueve meses, hasta 2024, causada por una contracción económica en Estados Unidos; la inflación regresaría a los objetivos del Banxico hasta 2025. Son tres los problemas serios que enfrentaremos todos:
1) La persistencia de choques de oferta en la economía global.
2) Los altos precios de las materias primas.
3) El debilitamiento de la demanda interna ante la necesidad de una mayor restricción monetaria para abatir la alta e imparable inflación.
Esto afectaría notablemente las elecciones en los estados en el 2023 y por supuesto la presidencial del 2024. El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha dado a conocer que tratará que no afecte a la gente de México, es decir, a los trabajadores en este caso, pero es casi imposible que las tiendas más grandes no suban los precios a la canasta básica, pues es un problema procedente de la macroeconomía.
Un enojo general
En otras palabras, no está en las manos de ningún presidente y eso afecta el ánimo de los ciudadanos, los votantes. El partido en el poder puede seguir anunciando y apoyándose en los programas sociales que tanto rendimiento le han dado. Sin embargo, es en los hogares donde se resiente el alza en los productos más básicos.
Durante los últimos 13 meses, el crecimiento de precios ha sido constante. Entre los más notables: huevo, papa y tubérculos, loncherías, electricidad, servicios de turismo, restaurantes, transporte aéreo, refrescos, cebolla y naranja. Todos por encima del 30%; un caso notable es el aumento de 71.3% del aguacate y el gas a un 30% mayor. Todo esto no solo pega a la clase alta, sino al que menos tiene: el sector electoral más importante para el presidente y su movimiento.