Durante las últimas dos administraciones, el ayuntamiento vendió inmuebles a precios menores que su valor comercial, muchos en algunos de los fraccionamientos más prestigiosos y caros del país. Y no sólo eso, sino que aceptó el intercambio de bienes de distinto valor.
Ya le adelantaba yo en otro espacio algunos ejemplos, como el intercambio de predios de más de 25 millones, a cambio de una propiedad de 8 millones. Toda una mafia inmobiliaria en la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Y la cosa no para ahí, la administración de Luis Alberto Villarreal es acusada de haber “desaparecido”, tal cual, 16 millones destinados a la supuesta compra de vacunas contra el COVID-19. Bien haría en contar dónde las pensaba comprar, porque usted y yo sabemos que nunca han estado en venta, salvo para gobiernos nacionales.
La última acusación es por la compra de un software de seguridad a una empresa que ni siquiera era propietaria de las licencias. Además, la compra era ilegal e iba en contra de la Ley del Sistema Estatal de Seguridad que señala que “los municipios no podrán contar con sistemas alternos o paralelos al Sistema de Información Pública” del estado. Un ‘fraudezote’ por donde se le quiera ver.
Los Villarreal no se han quedado callados y han salido a defenderse. No sólo han acusado a Trejo de una persecución política; también han revivido denuncias del pasado. Villarreal insiste en que Trejo tiene denuncias por peculado durante su primera gestión como alcalde, además de que sigue acusando a don Mauricio de robarse la elección de 2021; al puro estilo de “Ya Saben Quién”. Pero Trejo, señala, y con buena razón, que su gestión fue auditada y nunca recibió observaciones.
El tiempo y las autoridades tendrán que definir en qué acaba este pleito que atenta contra la alianza.
Luis Alberto Villarreal, panista incómodo
No es la primera vez que Luis Alberto Villarreal está en el ojo del huracán. En 2013 se le acusó de ser parte de un grupo de diputados que cobraba moches a alcaldes a cambio de asignación de recursos en el presupuesto.
Meses después se hicieron públicos videos en donde se evidenciaba su participación en una fiesta con bailarinas en Puerto Vallarta y gritaba muy emocionado “Ánimo, Montana”. Este escándalo le costó su permanencia al frente de la Coordinación de los diputados del PAN en 2014.
Ya como alcalde de San Miguel, en 2020, vecinos del municipio acusaron en redes su asistencia a actos oficiales en aparente estado de ebriedad.