Desde las mesas de parlamento abierto, quienes defendieron la iniciativa argumentaron que con ella, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) dejaría de perder recursos tanto por no despachar energía en beneficio de unos cuantos, como por “subsidiar” a privados mediante la compra de electricidad.
Los que se opusieron criticaron que de aprobarse, en los próximos 15 años se tendrían que desembolsar del presupuesto federal unos 80,000 millones de dólares para pagar líneas de transmisión, distribución y las plantas de generación, recursos con los que una CFE “monopólica” no contaría.
Más allá de estos posicionamientos, lo cierto es que jamás hubo un verdadero interés por construir acuerdos. En el debate predominaron las descalificaciones, por encima de los razonamientos técnicos.
Después de la votación todo se ha trasladado a la arena mediática. En un ambiente crispado, el bloque conformado por “Va por México” (PRI, PAN, PRD) y MC, bajo el grito de ¡México! ¡México! celebraron lo que calificaron como una derrota “histórica” para el grupo en el poder.
Por su parte, las bancadas aliadas del lopezobradorismo no pararon de gritarles “¡Vendidos! ¡Vendidos!” Sus dirigentes incluso amagaron con exhibir “en las principales plazas del país” a todos aquellos que por votar en contra de la iniciativa, calificaron de “vendepatrias”.
En la discusión posterior, muchos seguidores de López Obrador han manifestado su “satisfacción” por el resultado, argumentando que “los opositores cayeron en la trampa”, toda vez que “quedaron evidenciados como defensores de intereses privados”.
Los contrarios, por su cuenta, festejaron el resultado, por considerar que consolidaron la coalición “Va por México” y ahora, junto con MC, podrían frenar otros cambios como el propuesto para el Instituto Nacional Electoral. Muchos de ellos también han dicho que el nuevo contexto de “unidad” les abre una enorme posibilidad de triunfo para el 2024.
Más allá de fanfarrias y ataques de uno u otro lado, lo cierto es que en materia de energía eléctrica, la falta de diálogo y acuerdos políticos nos ha dejado en una situación subóptima y con sobrada incertidumbre.