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#ZonaLibre |AIFA: el aeropuerto de la discordia

La politización que genera el nuevo aeropuerto nos habla más de nosotros como sociedad que de un edificio con operaciones de aviones. Debemos reconocer que la política es nuestro deporte nacional.
mié 23 marzo 2022 11:59 PM

El aeropuerto es un lugar lleno de emociones, sentimientos y momentos únicos e inolvidables.

Ahí se desarrollan día a día miles de historias distintas que caen en la melancolía y nostalgia. Surgen lágrimas cuando personas se despiden. Abrazos que quizá serán los últimos. Los rostros aburridos de los que esperan horas para tomar el viaje o aquellos que desesperados llevan más de un día varados, tratando de dormir en aquellas sillas incómodas.

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Pero también abunda la felicidad de los viajeros que, emocionados, tomarán un vuelo que los llevará a un lugar soñado, o regresar a su tierra.

Los aeropuertos tienen vida propia. Aunque suelen ser lugares fríos e impersonales, mantienen una esencia que puede ser inolvidable para el usuario.

Una cosa común en todos los aeropuertos modernos del mundo es que han dejado a un lado la decoración, para moverse hacia la eficacia y la movilidad.

Uno de los ejemplos quizá es el aeropuerto Harry Reid (antes McCarran) en Las Vegas, Nevada, que recibe a más de 50 millones de personas al año y que debió cambiar su fisionomía parecida a un inmenso casino por el de un aeropuerto donde la gente estuviera el menor tiempo posible en el inmueble, a fin de que la movilidad fuera la más importante misión. Y lo lograron.

¿Quién dijo que un aeropuerto en 2022 debe de ser vistoso y estéticamente hermoso? ¿Quién nos ha vendido esa idea que pareciera del pasado?

En México el debate por el nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles (AIFA) ha trascendido más de lo que en otras partes del mundo podrían imaginar.

Es importante la participación de todas las personas ante obras gubernamentales que son pagadas con sus impuestos. Pero lo que ha generado el aeropuerto AIFA en las redes sociales podría considerarse exagerado, por una simple razón: casi nadie lo conoce, ni conoce su plan.

Sin duda la fecha de inauguración, el pasado 21 de marzo, fue precipitada. Según los testimonios en imágenes y videos, el nuevo aeropuerto está sin terminar al 100%. Además, se rebasó por mucho el presupuesto inicial y no se parece casi en nada a la maqueta del proyecto que se pretendía realizar en Texcoco.

Dista bastante de aeropuertos como el de Changi en Singapur o el de Hamad en Doha, Qatar, considerados los más bellos del mundo. Apenas y tiene habilitadas dos de las tres pistas de aterrizaje. Hay fallas en conectividad desde la Ciudad de México, falta de señalizaciones, un costosísimo servicio de taxis y apps de trasporte. Vaya, incluso le falta terminar las áreas VIP y de comida rápida.

Todo eso es criticable, sin duda. Esos y otros puntos técnicos son en los que se debería centrar la discusión. Situaciones que con el transcurso del tiempo serán solucionadas.

Sin embargo, la politización que ha generado el AIFA nos habla más de nosotros como sociedad que de un edificio con operaciones de aviones. Debemos reconocer que la política es nuestro deporte nacional.

Una ventana internacional

En otras ciudades del mundo celebrarían al unísono tener un nuevo aeropuerto, pues esto habla de mayores inversiones, fomento al turismo, mayor proyección internacional, entre cientos de etcéteras. En México, esta celebración se ha oscurecido por colores y tintes partidistas.

Es impresionante cómo el presidente se ha convertido en el centro del todo en la discusión política, es incluso hasta peligroso. Porque no solo sus seguidores lo tienen en un pedestal para alabarlo, también la oposición lo ha hecho omnipresente.

Antes de satanizar o ensalzar una obra de esta magnitud, es importante profundizar en lo que el mundo dice de la misma. Por eso se les llama “aeropuerto internacional”, no solo porque los aviones viajarán a distintos países, sino que es una corresponsalía de aeropuertos, que se tiene una estrategia global para conectar cada día de mejor manera al mundo.

Más allá de si votas por Morena o lo odias rotundamente, quienes tienen que dar la última palabra sobre el funcionamiento del aeropuerto es la ACI (Consejo Internacional de Aeropuertos), que ya lo ha acreditado y apoya desaforadamente la obra en Santa Lucía.

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Día 1: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles emprende el vuelo

¿Que el aeropuerto es lejano a la Ciudad de México? Lo es, más de 50 kilómetros de distancia. Igual que el aeropuerto de Dulles en Washington. ¿Pequeño? También lo es. Como uno de los cinco aeropuertos que tienen en Londres, Inglaterra.

Para que el proyecto del AIFA se concrete por completo hacen falta años. Se requiere una infraestructura de conexión multimillonaria y esto tendrá que ser continuado por las siguientes administraciones. Pero una cosa sí podemos asegurar: es rentable y será una ayuda importantísima para la conectividad de una de las ciudades más grandes y dinámicas del mundo.

Un aeropuerto no es la solución, pero sí lo son varios, esa es la dinámica moderna. Carlos Slim no descubre el hilo negro cuando asertivamente señala: “Creo que Ciudad de México es muy grande, necesita varios aeropuertos”.

Y no lo dice cualquier persona, es el empresario que más “perdió” con la cancelación del aeropuerto de Texcoco -poseía la mayor parte de los 1,600 millones de dólares en inversión-. Si él puede ver positivamente y con buenos ojos el inicio de una nueva obra de México para el mundo, no veo por qué nosotros no le demos una oportunidad.

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