Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

#ColumnaInvitada | El reino obradorista

El presidente López Obrador se asume como el líder moral de la nación y esgrime una visión teleológica de la historia de México: una lucha épica que termina con el triunfo de las fuerzas del bien.
mié 16 febrero 2022 06:30 AM
El presidente Andrés Manuel López Obrador durante la mañanera
La política mexicana actual posee tintes de religiosidad o, cuando menos, los simpatizantes más convencidos del gobierno explican su movimiento político con una narrativa cuasirreligiosa

El Reino es una de las obras más afamadas del escritor francés Emmanuel Carrère. El libro es una poderosa y original reflexión sobre la fe y los dogmas del cristianismo, narrada con la particularidad de que el autor atravesó una abrupta conversión a un catolicismo recalcitrante y obsesivo, para posteriormente desencantarse y arrumbar su religiosidad recién adquirida.

Algunas partes de la obra vienen a cuento porque la política mexicana actual posee tintes de religiosidad o, cuando menos, los simpatizantes más convencidos del gobierno explican su movimiento político con una narrativa cuasirreligiosa, al tiempo que el presidente López Obrador se asume como el líder moral de la nación y esgrime una visión teleológica de la historia de México: una lucha épica que termina con el triunfo de las fuerzas del bien (el pueblo) sobre los agentes del mal (los conservadores) gracias a la Cuarta Transformación.

Publicidad

Incluso, diversos términos y consignas de uso corriente en el léxico obradorista poseen connotaciones religiosas: purificar la vida pública, desterrar la corrupción, Movimiento de Regeneración Nacional, pobreza franciscana o no es ilegal, es inmoral. Más aún, algunos actos públicos de este gobierno parecieran rituales religiosos. La mañanera, por ejemplo, es una especie de misa en la que el presidente externa largas reflexiones sobre la moralidad, la historia mítica del pueblo y condena a quienes no cumplen con los preceptos de su movimiento.

Lo más preocupante es que algunos —subrayo, algunos, no todos ni la mayoría, sino algunos: los más radicales— seguidores del presidente lo defienden como si se tratara de un ser superior, de un hombre iluminado y predestinado a cambiar para siempre la historia nacional, a liberar al pueblo del yugo de sus opresores. Eso mismo los conduce a observar a los críticos de López Obrador no como conciudadanos con una visión distinta del gobierno en turno, sino como personas impuras que buscan truncar la regeneración de la vida pública nacional.

Bajo esta perspectiva, el presidente no es un jefe de Estado cuyas decisiones y acciones son materia de escrutinio público; más bien, es un mártir flagelado y calumniado por sus detractores. Por lo mismo, López Obrador no comete errores, sino que es víctima de confabulaciones o mentiras de sus opositores. Como mucho, puede llegar a incurrir en una pequeñísima equivocación de ejecución, pero todos sus actos son bienintencionados.

Esos seguidores, radicales, leales e ineludiblemente convencidos del presidente forman parte del Reino obradorista, aquel espacio donde no hay lugar para dudas, cuestionamientos ni puntos medios; los dogmas se siguen ciegamente, las consignas se cantan y se repiten automáticamente, y la figura del presidente se ensalza y se venera a cabalidad.

Estamos en una coyuntura política crítica para la definición de la segunda mitad del sexenio de López Obrador debido al escándalo de la Casa de Houston y el pésimo manejo de crisis por parte del presidente: primero, abusando de su poder para exhibir los ingresos de Carlos Loret de Mola e intimidando a un periodista en plena luz pública y, luego, arguyendo que no hay conflicto de interés, pero al mismo tiempo admitiendo que su hijo trabaja en una empresa de su amigo y asesor, Daniel Chávez.

Publicidad

Estamos a punto de dimensionar el verdadero tamaño del Reino obradorista: veremos si la figura del santo, el mártir, el profeta, el líder moral se derrumba o sigue en pie. Veremos si el único político recto, honesto e incorruptible se sostiene o si su efigie cae al suelo.

Mi pronóstico es que ocurrirá un fenómeno que Carrère bien describe en El Reino:

“Es un fenómeno conocido, observado a menudo por los historiadores de las religiones: los desmentidos de la realidad, en lugar de arruinar la creencia, tienden por el contrario a reforzarla. […] Normalmente, los fieles deberían curarse de su fantasía y abandonar la secta. Por otra parte, algunos lo hacen: son los razonables, los tibios, que se vayan con el viento fresco”.

“Pero los demás se convencen de que la ausencia de cambios es sólo una apariencia. En realidad, se ha producido un cambio radical. Permanece invisible para poner su fe a prueba y hacer una selección. Los que creen lo que ven han perdido, y los que ven lo que creen han ganado. Si desperdician el testimonio de los sentidos, si se liberan de las exigencias de la razón, si están dispuestos a que los tomen por locos, han superado la prueba. Son los auténticos creyentes, los elegidos: es suyo el Reino de los Cielos”.

Quizá los índices de aprobación presidencial caigan algunos puntos porcentuales, pero los seguidores recalcitrantes de López Obrador se radicalizarán aún más. Su fe en el movimiento, lejos de derrumbarse, se ratificará y consolidará. Las abolladuras en la imagen impoluta del presidente serán obra de pedradas lanzadas con dolo por los conservadores. Su misión, entonces, consistirá en defender a su líder, en pertrecharse en torno a él.

La carta de apoyo firmada por todos los gobernadores y las gobernadoras de Morena es una pequeña muestra de lo que viene. Ya no habrá lugar para los tibios, los mesurados. Es tiempo de los radicales, los dogmáticos.

____________________

Notas del editor:

Jacques Coste (Twitter: @jacquescoste94) es historiador y autor del libro Derechos humanos y política en México: La reforma constitucional de 2011 en perspectiva histórica, que se publicará en la primavera de 2022, bajo el sello editorial del Instituto Mora y Tirant Lo Blanch. También realiza actividades de consultoría en materia de análisis político.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

Publicidad

MGID Recomienda

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

Publicidad