Seguro les ha pasado que cuando fallan en su chamba… los regañan, los sancionan o hasta los han puesto de puntitas en la calle.
Pero en la política federal actual… si fallas, si te equivocas, o si multan a tu partido con 4.5 mdp por retener el salario de tus empleados cuando fuiste presidenta de Texcoco…
Lejos de un jalón de orejas, te invitan al morning show.
Afuera de Palacio… la maestra tampoco dijo nada.
Otro ejemplo:
Si mandaste al carajo a las estancias infantiles porque dijiste que había corrupción. Aunque ya se documentó vía un informe del propio gobierno que no se comprobaron tus dichos. Te nombran secretaria y subsecretaria del Bienestar. Y el bienestar, dicen, será dirigido por su verdadero titular.
(Insert de René Bejarano)
Y ya ni hablar de la titular del Pinochómetro semanal en Palacio: Elizabeth García Vilchis aseguró esta semana que su sección no es para estigmatizar a periodistas ni medios de comunicación, pero nuestro archivo tiene otros datos:
Y podríamos seguirnos porque hay muchos ejemplos:
López Gatell y la pandemia…
Javier May y el tren que no requiere ingenieros…
Manuel Bartlett y sus casas impunes…
Y un largo etcétera.
Y no, no digo que esto mismo no haya pasado en otros sexenios. Claro que sucedió, basta con recordar al peñanietismo. Pero ese no es el punto. El punto es que prometieron ser distintos.
Pero ser distinto no debiera ser sinónimo de ineficientes.
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Nota del editor: Las opiniones expresadas en el presente video solo representan a quien las expresa.