Cuando por fin, en 1953, se modificó el artículo 34 constitucional, ya habían comenzado la transformación en ámbitos diferentes; por ejemplo, conforme tuvieron acceso a la educación, se fueron convirtiendo en maestras, enfermeras y secretarias, e incluso, había participación de las mujeres en los ámbitos culturales y políticos; aunque nunca debemos olvidar que las mujeres del campo y las obreras trabajaron y se esforzaron siempre, pero su voz fue la menos atendida.
En realidad, había sucedido lo de siempre, mujeres trabajando, estudiando, organizándose, solo que al margen de la historia, en otras palabras, nunca hubo silencio por parte de las mujeres, lo que pasó es que se quería acallar nuestras voces.
Al llegar al ocaso del 2021, a 68 años de obtener la ciudadanía y después de la elección más grande de la historia, podemos expresar con todo el orgullo que nos merecemos que concluimos el año con grandes avances: una Cámara de diputadas y diputados paritaria, en 17 congresos estatales tienen una mayoría de mujeres, 526 mujeres gobernarán municipios y alcaldías, con siete hoy tenemos el mayor número de mujeres gobernadoras en la historia del país.
Este es un triunfo de todas y para todas, desde Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Juana Barragán, Dolores Jiménez Muro, Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto, Concha Michel, Rosario Castellanos y un gran número de mujeres que pusieron las condiciones para que esto sea el principio de una sociedad más justa y equitativa. A todas ellas, ¡mil gracias!
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Nota del editor:
La autora es consejera electoral en el Instituto Nacional Electoral (INE).
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.