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#LaEstampa | El trato a los migrantes

Los cuerpos de medio centenar de migrantes en una carretera de Chiapas dice mucho del trato a estos viajeros; se trata de una imagen que permanecerá en la memoria de la historia.
jue 16 diciembre 2021 11:59 PM
Migrantes accidentados
Accidente de migrantes en Chiapas.

Hay que tener muy claro qué significa realmente la muerte de más de medio centenar de migrantes en el sur de México. ¿Qué dice de nosotros esa imagen de un camión destrozado, que apenas segundos antes del accidente terrible estaba lleno de gente desesperada que apenas podía respirar? ¿Qué dice de nosotros la imagen de los cuerpos en la carretera, hombres y mujeres tirados en el piso, ya sin vida, en una carretera chiapaneca? Hay que responder estas preguntas con urgencia porque, en el trato a los migrantes, se juega el alma de los países.

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Eso no es hipérbole. A lo largo de la historia, a los pueblos se les juzga no solo por su generosidad con los propios sino también con los extraños. México tiene una historia de nobleza con los perseguidos. ¿Cuántos mexicanos deben la vida a la generosidad de nuestra tierra con nuestros antepasados? ¿Cuántos descendemos de inmigrantes, de refugiados? La mejor versión de la historia mexicana no es solo una anécdota: debería ser una brújula moral.

Y, aunque duela, hay que subrayarlo hasta en cansancio: en este tema, no estamos ni remotamente a la altura de lo mejor de nuestra historia. Todo lo contrario. Piense usted en esto, querido lector. El accidente brutal en Chiapas indigna. Pero hay algo que indigna aún más: la falta de indignación de la sociedad mexicana. ¿No cree usted que los detalles de lo que vimos en Chiapas ameritaría un reclamo mayúsculo a la política migratoria regional? ¿Algo de empatía por quien lo empeña todo, lo deja todo con tal de buscar una vida para los suyos? ¿Un poco de exigencia para que el gobierno de México y Estados Unidos se dejen de retórica vacía (“protegeremos a los migrantes”, bla, bla, bla) y estén a la altura de su promesa moral frente a la migración? ¡Por supuesto que sí!

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Pero no. Lo que tenemos es silencio. Unos días, quizá, de conversación y cobertura periodística. Después, el silencio.

No. Eso no es México. O al menos no debería serlo. Esos cuerpos en la carretera, como los de San Fernando hace algunos años, permanecerán en la memoria de la historia.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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