El presidente López Obrador actuó con rapidez para neutralizar el escándalo desatado alrededor de la boda de Carla Humphrey y Santiago Nieto que sus detractores han presentado como una muestra de hipocresía y una afrenta a la austeridad que pregona.
Aunque a la acción presidencial se le darán muchas lecturas, reafirmará la impresión de que el presidente intenta proteger y concentrar su poder. Los escándalos minan la credibilidad de su gobierno en momentos en que requiere de mayor capacidad de persuasión para obligar a la oposición en el Congreso, cada vez más empoderada, a aprobar sus iniciativas.
Para explicar la actitud del presidente podemos considerar lo siguiente: