Estas frases reflejan la pobre visión de la política que tiene él y muchos otros morenistas: la política para imponer, no para construir; para “chingar”, no para servir.
La verdad es que a nadie sorprende que este personaje esté tocado por el odio y el resentimiento. Lo que sí sorprende es que a pesar de su pobre desempeño en el gobierno siga en ese cargo. Y es que una cosa es ir con la bandera de benefactor regalando los libros viejos de las bodegas del FCE y otra, realmente ser un gestor y administrador de la cultura.
Con tantas mujeres y hombres en nuestro país, el presidente prefirió mandar a cambiar las leyes para que uno de sus ideólogos y portavoz pudiera vociferar y cobrar desde las instituciones. #LeyTaibo
Virrey becario
Taibo asegura que Octavio Paz, sí, el Nobel de Literatura en 1990, fue un “virrey becario” que se dedicó a cobrar del erario al igual que otros intelectuales orgánicos como “Krauze, Aguilar Camín, entre otros”. Pero qué curioso, ¡ninguno de ellos pidió que se legislara a modo para obtener puestos en el gobierno!
No hay duda de que Taibo paga su servidumbre a cambio de prebendas y que el FCE está siendo utilizado como un organismo de adoctrinamiento político e ideológico. Pero esto no para ahí, parte de las atribuciones que se ha tomado el director general del Fondo, están en un vacío legal e incluso, ¡en la ilegalidad!
Desde hace tres años, Taibo II no ha logrado siquiera determinar cuál será la figura administrativa que regirá la red de librerías Educal, una S.A de C.V, vinculada a la Secretaría de Cultura federal, y la Dirección General de Publicaciones –también dentro de la estructura de esa dependencia– al Fondo de Cultura Económica (FCE). Taibo ha asumido atribuciones sobre estas dependencias adscritas a la Secretaría de Cultura, lo cual, se aleja de un buen funcionamiento del FCE.