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#ColumnaInvitada | El Estado del Bienestar, según AMLO

El Estado del Bienestar no es algo nuevo, ni un invento de la Cuarta Transformación, es un sistema implementado en Europa a finales del siglo XIX y ha sido la piedra angular de países anglosajones.
jue 12 agosto 2021 12:05 AM
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El Banco del Bienestar, una expresión del llamado Estado del Bienestar.

Desde que inició la administración del presidente López Obrador, se ha tratado de introducir un nuevo paradigma en la política social del Gobierno de México, un sistema que proteja a los mas pobres, una economía moralizada, un rediseño del aparato laboral y su burocracia; a todas estas medidas les ha puesto la frase de “bienestar” para referirse a becas, bancos, programas sociales, economía, inversión pública, infraestructura y, en general, a todas las acciones gubernamentales orientadas hacia una vocación humanista.

Esta política conocida como el “Welfare state” o Estado del Bienestar no es algo nuevo, ni tampoco es un invento de la llamada Cuarta Transformación, es un Sistema implementado en Europa a finales del siglo XIX y ha sido la piedra angular de la política social de los países anglosajones e incluso de los llamados neoliberales.

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El sentido inicial del Estado de Bienestar fue luchar contra la pobreza e introducir seguridad social, que no solo buscaban proteger al trabajador frente a la creciente industrialización de la sociedad, sino servir a los objetivos políticos del Estado y al establecimiento del orden social. Por tanto, el logro del Estado del Bienestar es eminentemente político y no solo social, ya que logra que los ciudadanos se identifiquen con su país, como sucede en el Reino Unido, donde el sistema de salud es tan eficiente que los usuarios se sienten orgullosos de ser británicos (Mori, 2014).

Aquí, es claro que el objetivo que busca AMLO con el “bienestar mexicano” es consolidar su proyecto político en aras de la trascendencia nacional y erigirse en el gran estadista social, la pregunta sobre si lo logrará tiene que ver con los resultados que el “Welfare State” ha acumulado en Europa y Estados Unidos y su adaptación a la compleja realidad mexicana.

Veamos. De acuerdo a diversos teóricos, el Estado del Bienestar está en crisis, porque es muy costoso e insostenible en el tiempo. La inversión pública que el Estado tiene que realizar es considerable y puede dejar de lado políticas públicas prioritarias para el desarrollo de un país, además que –dada la carga económica que implica– no es viable su permanencia a largo plazo.

La segunda crítica es que en algunos países en que se aplicó provocó colapsos económicos por el gran déficit de las finanzas públicas y la ausencia de presupuestos públicos sanos, factores que originaron que la economía se cimbrará ante la ausencia de diques sólidos que contuvieran la carga presupuestal y su consecuente déficit.

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La última y quizá la más absurda de las críticas es que el Estado del Bienestar es como un Robin Hood, que le quita el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, lo que no es acertado, ya que la finalidad no es la redistribución de la renta o de la riqueza, sino la gestión de los “riesgos sociales” que provoca la economía de Estado, es decir, es un mecanismo que protege al ciudadano frente a los riesgos de perder el empleo o no conseguirlo, de no contar con seguro social, de no poder pagar una colegiatura, seguro de vejez, etc.

Hasta aquí, las semejanzas del modelo anglosajón con la política social de AMLO es muy parecida, quizá copia exacta de las políticas aplicadas e incluso de las críticas recibidas.

Leía en algún medio de comunicación la postura de una persona que opinaba que era terrible tener que mantener a flojos y ninis con los impuestos que pagaban. Pareciera que modelos y experiencias europeas son iguales a las que se viven en México, con programas sociales derivados del “Welfare state”, como son: Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, Becas Benito Juárez, Banco del Bienestar, entre otros. No obstante, pareciera que estos programas no están dando los resultados esperados para atender las causas y frenar la violencia, ya que la criminalidad en México va al alza y la violencia del narcotráfico se está desbordando e incluso la pobreza laboral aumentó en 26 de las 32 Entidades Federativas, según el CONEVAL.

Hace unos días, en Villa Ahumada, Chihuahua, el presidente López Obrador –al inaugurar un Cuartel de la Guardia Nacional– dijo: “Buscaremos que haya un Estado del Bienestar, que el mexicano tenga protección desde que nace hasta que muere, de la cuna hasta la tumba y vamos hacia allá”.

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El Estado del Bienestar se ha aplicado en paises nórdicos con éxito, si bien se han presentado algunos fallos en su implementación, lograron salir adelante gracias al desarrollo de la clase trabajadora y la participación del sector privado para otorgar beneficios sociales a los trabajadores. No sabemos si fracasará o tendrá éxito la versión mexicana del “Welfare state”, pero lo que la evidencia muestra es que, si AMLO quiere tener éxito, debe de apostar en la educación, capacitación y desarrollo del elemento humano, para que una vez superados los “riesgos sociales”, los ciudadanos puedan ingresar a la población económicamente activa y fortalecer la ruta de retorno de los ingresos y aportaciones y evitar el colapso de la economía, no todo el tiempo se puede dar pescado, hay que enseñar a pescar, solo así, el Estado del Bienestar podrá consolidarse.

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Nota del editor: el autor ha laborado en dependencias de la Administración Pública; Secretaría de la Defensa Nacional, Centro de Investigación y Seguridad Nacional y Policía Federal. Es maestro en Ciencias Penales, profesor universitario, especialista en inteligencia y procesos de seguridad. Licenciado en Derecho, expositor y capacitador de diversos destacados diplomados en Juicios Orales, Mercadotecnia Política, entre otros. Actualmente se desempeña en el sector privado, cómo socio consultor en Consultoría “CMC Análisis e Inteligencia Empresarial”, empresa enfocada en la realización de auditorías y diagnósticos en seguridad, capacitación a cuerpos policiacos, diseño de equipos de seguridad patrimonial, investigaciones, entre otras.

Twiter: @RCelayaG

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Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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