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#BuróParlamentario | 21 años de paridad a medias

Suena poco lógico que una asamblea con 49% de mujeres tenga 0% de legisladoras en su órgano político de mayor relevancia.
lun 02 agosto 2021 06:00 AM
En sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados, en mayo de 2019, se somete a discusión y posicionamiento de los grupos parlamentarios la aprobación de la Ley de Paridad de Género. (21 años sin paridad de género).
El promedio de mujeres presentes en la junta ha sido de 1.1 por legislatura, mientras que de hombres ha sido de 7.3.

Esta semana quedaron definidas las coordinaciones de las distintas fuerzas parlamentarias que conformarán la 65 Legislatura (2021-20214) en la Cámara de Diputados. Además de tratarse de congresistas provenientes de lo más alto de las listas de plurinominales en sus respectivos partidos, todos estos políticos comparten otra característica: son hombres.

Tras la elección intermedia de junio, la 65 Legislatura se perfiló como la más paritaria en la historia de nuestro país. Por primera vez, habrá más de 10% de representantes de alguna minoría y tendremos casi tantas mujeres como hombres ocupando asientos en San Lázaro.

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De los 300 distritos disputados en la elección de junio, un total de 148 (49%) fueron ganados por alguna candidata. Asimismo, gracias a la regla de alternancia por sexo en las listas plurinominales, los restantes 200 lugares en San Lázaro quedarán repartidos 50%-50% entre hombres y mujeres. El resultado de todo esto será una asamblea prácticamente paritaria en términos de género.

Si bien esto es un avance considerable, se debe tener en cuenta que la representación no se agota en la mera presencia de los grupos en una asamblea. Para tener una representación verdaderamente democrática, es necesario que todos los grupos que forman parte del congreso (más allá de su afiliación partidista) tengan la posibilidad de participar en los procesos, decisiones y órganos más importantes del mismo.

El formato institucional que tiene nuestra Cámara desde hace ya varios años responde a un diseño centrípeto. Esto quiere decir que los diputados se agrupan en torno a conformaciones partidistas y actúan en grupo gracias a los poderes formales e informales que se les han otorgado a los coordinadores de bancada.

Cuando en la Cámara dejó de haber un partido con miembros altamente disciplinados, que renovaban su mayoría parlamentarias en cada elección, apareció el riesgo de que las distintas fuerzas partidistas no mayoritarias que comenzaron a aparecer en la cámara (principalmente PAN, PRI y PRD) fueran incapaces de ponerse de acuerdo para sacar adelante las reformas requeridas por el país. Ante tal escenario, se creó a finales del siglo XX, un cuerpo llamado “Junta de Coordinación Política”. En este órgano están representados los coordinadores de cada partido que son quienes al final, toman las decisiones más importantes de la cámara, como la aprobación de iniciativas, mociones, proposiciones, nombramientos, etc.

Desde su fundación hasta nuestros días la “Junta” ha sido ocupada por legisladores afines a los grupos más importantes de los partidos. Esto ha hecho que prácticamente toda decisión parlamentaria tenga un fuerte componente partidista.

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En la Junta ha habido un total de 68 miembros, de los cuales 9 (12%) han sido mujeres. La primera vez que una legisladora ocupó un espacio en la Junta fue 6 años después de que se creó este órgano, en el primer año de la LX Legislatura (2006-2009), con las diputadas Gloria Lavara Mejía (PVEM), Aida Marian Arvizu Rivas (PASC) y Silvia Luna Rodríguez (PANAL).

Hasta hoy, el promedio de mujeres presentes en la junta ha sido de 1.1 por legislatura, mientras que de hombres ha sido de 7.3. Dicho de otro modo, en los últimos 21 años, por cada 10 integrantes varones ha habido 1 mujer en la Junta. Este porcentaje, sin duda resalta con respecto de las conformaciones de género de toda la cámara, cada vez más cercanas al 50%. Lo cual advierte que a las mujeres se les adeuda una cuota histórica de subrepresentación en la junta. Suena poco lógico que una asamblea con 49% de mujeres tenga 0% de legisladoras en su órgano político de mayor relevancia.

Una primera conclusión derivada de estas cifras es que los partidos políticos en México han promovido la equidad de género de dientes para afuera. No hay que olvidar que incluso cuando se aprobaron las cuotas de género, estas se tuvieron que ir perfeccionado por que los partidos lograron burlarlas encontrando todos los huecos posibles para poner menos mujeres en el congreso, si no se les obliga por ley, a abrir espacios para las mujeres, difícilmente lo harán por voluntad.

En días recientes, líderes de distintos partidos han dicho estar contentos y hasta orgullosos de que la siguiente legislatura tenga un alto porcentaje de mujeres, pero al momento de nombrar a los miembros más importantes de la asamblea, ningún partido volteó a ver a sus legisladoras. Ello sugiere que mientras no se reforme la ley orgánica del congreso y no se les obligue a los partidos a mantener cierta proporcionalidad de género en espacios como la junta de coordinación, seguiremos teniendo una paridad a medias.

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Nota: Sergio A. Barcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buro Parlamentario.

Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.

Twitter: @BuroParlamento

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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