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#LaEstampa | La izquierda mexicana en defensa de Cuba

Las voces de nuestra izquierda, herederas de la lucha del ’68 contra el monstruo represor priista están a tiempo de dejar de defender lo que es, a todas luces, indefendible.
jue 29 julio 2021 06:20 AM
Los cubanos hacen un signo de libertad con las manos durante una protesta contra el gobierno cubano frente a las oficinas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ciudad Juárez, México.
Cubanos hacen un signo de libertad con las manos durante una protesta contra el gobierno cubano frente a las oficinas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ciudad Juárez, México.

El gobierno mexicano ha decidido respaldar a una dictadura brutal. La reacción contrasta no solo con la de buena parte del mundo, que reprueba el abuso sistemático del pueblo cubano, sino con varias voces tradicionalmente afines al castrismo que, desde Cuba, han exigido un cambio.

Por supuesto, también se enfrenta públicamente con el gobierno estadounidense, principal socio comercial de México. El presidente López Obrador incluso ha decidido romper su propia norma de no intervención en asunto internacionales para sugerir a Joe Biden el final del embargo y el restablecimiento de las remesas a la isla.

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El presidente está mal informado sobre las capacidades del presidente de Estados Unidos (Biden no puede decretar por sí mismo el fin del embargo) y también sobre las remesas: fue Trump quien las limitó, pero en aquel tiempo López Obrador no encontró, digamos, la valentía para reclamar. El presidente de México también podría sugerirle al gobierno cubano que libere el sector financiero para asegurarse de que las remesas lleguen al pueblo que las necesita y no a los bolsillos regordetes de la oligarquía de la isla. Pero eso tampoco lo hará.

Pero más allá de esto, hay un enigma persistente en el apoyo irrestricto de México y otros gobiernos latinoamericanos de izquierda a la dictadura cubana.

La historia de la izquierda mexicana se forjó en la batalla contra el sojuzgamiento y la persecución desde el poder. Si alguien conoce las brutales secuelas de la represión, esa es la izquierda mexicana, y con ella la latinoamericana.

¿Cómo justificar moralmente, entonces, el respaldo a un gobierno tan claramente represor, que aplasta el disenso y el anhelo de libertad mediante detenciones arbitrarias, juicios sumarios, torturas, condenas carcelarias injustificables? ¿La defensa dogmática de la Revolución cubana, ese experimento claramente fallido, vale la traición de los verdaderos ideales de la izquierda? ¿Cómo explicar la defensa de un régimen cuyas fuerzas de seguridad detienen menores de edad a plena luz del día, aterrados como animales al matadero?

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Las voces de nuestra izquierda, herederas de la lucha del ’68 contra el monstruo represor priista, deberían mirarse al espejo. Están a tiempo de dejar de defender lo que es, a todas luces, indefendible.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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