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#LaEstampa | Las barbaridades de López-Gatell

Después de escuchar a López-Gatell es justo concluir que la puerta está cerrada para la crítica a este gobierno, todo crítico es un adversario.
vie 02 julio 2021 12:10 AM
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El subsecretario en la entrevista donde calificó de "golpistas" a los padres de los niños con cáncer.

Hace nueve años, en los días posteriores a la masacre en la escuela Sandy Hook en Connecticut en la que murieron 20 niños asesinados por un demente con un rifle semiautomático, recuerdo haber pensado que si ese infierno no cambiaba la discusión sobre las armas en Estados Unidos, nada podría cambiar la discusión sobre las armas en Estados Unidos. Después de todo, ¿qué hay más horrendo que un grupo de niños de 6 años de edad asesinados a sangre fría, reventados mientras se escondían debajo de sus pequeños pupitres o cerca de un pequeño baño, con las balas expansivas de un arma de alto poder? Nada. No hay nada peor.

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Cuando nada cambio incluso después de la masacre, que por cierto hizo llorar a Barack Obama cuando la anunció, comprendí que el debate sobre las armas en Estados Unidos había llegado, en cierto sentido, a su conclusión. Nada podía ocurrir para conmover a los legisladores republicanos opuestos al control de armas.

Recordé ese episodio cuando escuché al subsecretario de salud López-Gatell decir una de las mayores barbaridades de este sexenio lleno de barbaridades: que los reclamos de los padres de niños con cáncer resultan sospechosos de golpismo. Lo que revela lo dicho por Gatell es parecido a lo ocurrido después de Sandy Hook porque también confirma algo de manera definitiva: para el gobierno de México y sus aliados, no hay reclamo válido.

Eso ya lo sabíamos de prácticamente cualquier actor público, empezando por la prensa crítica, que genera en el gobierno, casi sin excepción, la descalificación desde el poder. Pero ahora lo sabemos también de ese argumento in extremis que es la queja justificada de los padres de niños con cáncer. Porque seamos claros: si ni siquiera resulta válido el reclamo de las familias que exigen medicamentos para atender la más cruel de las enfermedades en sus hijos, ¿cuál queja o crítica es válida? Nada. No hay reclamo que valga.

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Después de escuchar a Gatell, es justo concluir que, al menos en ese sentido, la puerta está cerrada para la crítica a este gobierno. Todo crítico es un adversario, por principio. Incluidos, ahora lo sabemos, los padres de los niños con cáncer. Y eso es una tragedia.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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