¿Existe alguna relación entre las mordidas de empresas para ganar licitaciones y servicios públicos que se derrumban? ¿Entre las carencias educativas a causa de corrupción y la desigualdad económica? ¿Entre la pobreza y la inseguridad? ¿Entre la expansión del crimen organizado y la corrupción policial y política? ¿Entre los desvíos de recursos públicos en secretarias de estado y la ineficacia de los ministerios públicos? Todas estas relaciones tienen un gran factor en común: la ausencia del Estado de derecho, lo que resulta en instituciones trabajando en provecho propio, en el desamparo colectivo y en el resurgimiento de la ley de la selva.
De aquí la importancia de lo que en inglés refieren como the rule of law y que en México encuentra similitudes con el término de Estado de derecho, el cual se refiere al sistema institucional en el que no solo rige la ley vigente, sino que se vuelve imperativo su aplicación, dejando a un lado la mera voluntad del gobernante. Esta seguridad jurídica es la que verdaderamente resguarda a los ciudadanos y asegura un castigo a quien infringe los derechos de los demás. Cuando las reglas del juego son claras, la vida cotidiana de todos los ciudadanos se encarrila permitiendo el tránsito en igualdad de circunstancias, sin obstáculos ni privilegios.