Fama mata militancia. Son tiempos en los que ser militante puede representar una desventaja para convertirse en candidato y poder competir por un cargo de elección popular. Hay una escasez de militantes y, sin embargo, estos son ninguneados, desplazados. Las dirigencias partidarias no buscan a quien represente mejor los valores partidarios, sino a quien pueda posicionar la marca-partido. Likes y reflectores en detrimento de cuestiones ideológicas.
La base militante de todos los partidos debe sentirse agraviada. No es que no se le tenga hasta cierto cariño a Paquita La del Barrio, cuya “Rata de dos patas” seguramente muchos han cantado y disfrutado. Pero qué dirá la militancia del partido naranja, de manera soterrada, ya no digamos cuando ve el video en el que la cantante explica cómo acomodar la mollera a un niño, sino al escucharla decir, como presagio, que: “Yo no sé a qué vengo aquí (…) Yo sólo sé que hay personas atrás de mí que son las que me van a enseñar a cómo manejar este asunto”. Y es el caso de muchos otros candidatos y candidatas y ocurre en todos los partidos.