#LaEstampa | AMLO: un hombre contagiado de COVID-19
En todas las imágenes de las reuniones que sostuvo el presidente el fin de semana aparece como siempre: sin cubrebocas, sin procurar la sana distancia. Esas imágenes pasarán a la historia.
En las 72 horas previas a la confirmación de su contagio de coronavirus, el presidente de México visitó Nuevo León y San Luis Potosí. Se reunió con gobernadores y aspirantes al cargo, con miembros de su gabinete y empresarios.
En todas las imágenes de sus reuniones de aquellos días aparece como siempre aparece: sin cubrebocas, sin procurar con la atención necesaria la sana distancia. Hay, por supuesto, una excepción: cuando el presidente de México subió al avión que lo llevó de vuelta a la capital, ya traía puesta la mascarilla sanitaria. Ese mismo día, el domingo 24, daría positivo al virus.
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Aunque no conocemos detalles de sus síntomas –asunto que, como todo lo demás relacionado con eu contagio y tratamiento, deberíamos conocer– es evidente que el presidente seguramente ya registraba algún malestar el domingo.
De ser así, la imagen definitiva y de verdad reveladora de este aciago episodio de la presidencia de López Obrador ocurrió unas horas antes, cuando el presidente encabezó la inauguración de instalaciones de la Guardia Nacional en San Luis Potosí. El momento sucede al concluir su discurso, al minuto 58 en el video del evento que existe en YouTube. Se aprecia al presidente que vuelve al centro del presidio. Antes de ocupar su sitio, López Obrador camina y se lleva la mano derecha a la cara para tocarse la nariz y la boca. Después saluda con el puño izquierdo al gobernador Juan Manuel Carreras.
Un poco más tarde, cortó el listón inaugural de la obra y lo colocó en una colchoneta, que carga una soldado. Después de la ceremonia, López Obrador recorrió las instalaciones. En la ceremonia, no usó mascarilla sanitaria ni mantuvo distancia suficiente. Sobra decir que no limpió sus manos después de tocarse el rostro que, para entonces, ya era el de un hombre contagiado de COVID-19.
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Aunque deberíamos saberlo todos, por ahora solo el presidente de México sabe bien lo que sentía a media mañana en San Luis Potosí. Solo él sabe si sentía algún malestar cuando, sin cubrebocas, convivió con el gobernador, funcionarios locales y miembros del Ejército mexicano.
Lo que sí sabemos es que, apenas unas horas después, el presidente estaría enfermo y en cuarentena. Las imágenes de San Luis Potosí ya están ahí, en el registro histórico de México y su tragedia en la pandemia.
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Nota del editor:
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