Trump se va pero el trumpismo se queda. Lo ocurrido hace unos días en Washington, D.C. es solo una señal de lo que puede venir en un futuro porque no fue algo sorpresivo sino es parte de la reorganización que grupos que apoyaron a Trump y que se sienten herederos del puritanismo del siglo XVII.
Se queda la fractura social en los Estados Unidos y la base social del sector conservador radical trumpista va a seguir teniendo bastante peso e importancia en las futuras elecciones. A pesar de que los medios del establishment criticaron duramente a Trump, tuvo porcentaje de votación del 47% lo que nos refleja que algo sigue roto en los Estados Unidos.