De manera personal he denunciado ante la Fiscalía de Nayarit el acoso y hostigamiento sexual del que he sido víctima en al menos dos ocasiones, y hacerlo me hizo entender que en ocasiones, lo más difícil es acudir a denunciar, porque en nuestro sistema social está tan arraigado el machismo, que la mujer que denuncia, se expone al escrutinio público, y muchas entonces optan por callar, en muy pocos casos la justicia se hace presente.
A raíz de mi propia experiencia, es que en la Cámara de Diputados he respaldado fuertemente la agenda de género y he votado a favor de las iniciativas que buscan brindar a las mujeres más herramientas para vivir sin violencia. Soy además, promovente de la iniciativa “Castigo al Acoso Sexual Callejero”, que busca sancionar incluso con cárcel este tipo de agresión, mi propósito es lograr que en el Código Penal Federal se sancione esta práctica que muchos aseguran es “meramente cultural”, pero que diariamente priva a las mujeres de transitar tranquilas.
Soy una mujer más de las casi 64 millones que habitamos este país, y tan soy una más, que puedo considerarme parte de la estadística que contabiliza a las que han sufrido alguna agresión de género. Pero también me considero una mujer privilegiada, porque soy Diputada Federal y puedo alzar la voz por todas las demás, por las que no tuvieron una ley que las amparara, por las que desgraciadamente ya no están y por las mujeres que están por nacer, para que en un futuro tengan un país que les garantice una vida libre de violencia.
Es mi trabajo, mi obligación y mi mayor gusto.
Soy Geraldine Ponce, una mujer de 26 años que desde la Cámara de Diputados legisla y exige un alto a la violencia de género.
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Nota del editor: la autora es diputada federal de Morena por el estado de Nayarit.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.