Ejemplos de esta mimetización tenemos muchos en nuestro país. Si volteamos a ver a la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, no obstante se trata de una “presencia”femenina en un alto cargo del gobierno, la realidad es que su gestión no se ha traducido en una mejora en la gestión de esas labores y mucho en la emisión de una agenda de políticas públicas que mejore la situación de las mujeres, pues vemos que los Centros de Justicia para las Mujeres siguen abandonados, la violencia contra las mujeres se sigue agravando y no se tiene una estrategia clara y articulada para su atención.
Por otro lado María de la Luz Mijangos, como la primera Fiscal Anticorrupción de la Federación, ha demostrado un pobre liderazgo y una completa subordinación al mando del Fiscal General, pese a ser una fiscalía autónoma. Y así, la lista continúa.
De lo anterior, se destaca que no solo basta con tener mujeres en puestos de gran liderazgo, sino que dichas mujeres ejerzan su encargo como mujeres, y no como hombres, tal como lo han hecho en Alemania y Nueva Zelanda. Por lo cual, la llegada de Kamala Harris a la Casa Blanca es indudablemente una gran noticia para la agenda feminista, eso sí, siempre y cuando su gestión sea desde y para las mujeres.
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[1] Women Have Been Better Leaders Than Men During the Pandemic, Andreas Kluth, consulta en
https://www.bloomberg.com/amp/opinion/articles/2020-08-26/female-leaders-such-as-ardern-merkel-have-handled-coronavirus-better-than-men?__twitter_impression=true
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