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10 razones de inviabilidad de la ruptura de la Alianza Federalista

Federalismo no solo significa solamente recibir recursos del orden federal, sino también contribuir. En este sentido, el principio del federalismo no debe ser malinterpretado.
vie 30 octubre 2020 11:00 AM
Gobernadores de la Alianza Federalista.
Gobernadores de la Alianza Federalista.

El riesgo del rompimiento de las partes de la Federación surge en el México del siglo XXI por parte de un grupo de gobernadores integrantes de la llamada Alianza Federalista, como una hipótesis de conflicto que puede entenderse como otra reacción a la transición democrática que trajo un gobierno de izquierda. Este riesgo lo advirtió hace meses quien prescribe este artículo cuando los gobernadores se separaron de la CONAGO .

A continuación, se presentan 10 razones para analizar la probable inviabilidad de los intentos de escisión en México por parte de la Alianza Federalista:

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1. Es una acción violatoria de la Constitución y las leyes generales. Quien incurriera en ello, habría de hacer un acto delictivo ante una serie de graves violaciones a la Carta Magna en su artículo 43 y a la Ley de Seguridad Nacional en su artículo tercero, fracción cuarta, en el cual se dicta explícitamente que es un delito de seguridad nacional trasgredir la unidad de las partes de la Federación.

2. Es una pugna motivada por dinero. Muchos gobernadores aprovechan la falta de transparencia y rendición de cuentas para manipular a discreción los recursos obtenidos por la Federación ministrados a través del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, donde se le depositan las participaciones económicas a los estados a partir del pacto fiscal. En consecuencia, el orden federal impondrá aun mayor revisión a los recursos ministrados, que si bien es una medida de control político, sucede también por causa del desinterés y falta de voluntad política de los gobernadores de la Alianza Federalista en los asuntos nacionales apremiantes. A partir de ello, se ha recurrido a fortalecer el centralismo tanto política como administrativamente por parte del gobierno federal porque los estados no están haciendo su parte para satisfacer las necesidades públicas.

3. No es un ejercicio democrático. Los ciudadanos de esos estados no han sido consultados si los gobernadores de dichas entidades federativas políticamente disonantes reflejan la voluntad soberana depositada en ellos. No obstante, ante ello, hasta el momento, 4 de los 10 gobernadores indicaron que convocarán a una consulta a sus ciudadanos, para determinar si quieren o no salirse de la Federación.

Lo que no han tomado en cuenta dichos gobernadores es que una consulta que avale sus intenciones separatistas aun no es una herramienta legal de participación electoral en muchos estados, y el proceso para avalar legislativamente la consulta en sus estados puede que tarde los tiempos parlamentarios correspondientes para presentar su iniciativa. Suponiendo que suceda su eventual aprobación por los congresos locales, el ejercicio de la consulta puede invadir los tiempos electorales, abriéndose la posibilidad de que haya un riesgo de violación a las leyes electorales.

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4. Es una clara muestra de lucha de poder ante el próximo periodo de elecciones. Las intenciones de varios gobernadores detrás de los reclamos de la Alianza Federalista develan su interés en posicionar su figura política como una que pueda contender por la silla presidencial en el 2024. Empero, los escándalos no alimentan la política, sino que la debilitan, y promueven un ambiente político inestable, donde es riesgoso arriesgar la unión de la República por intereses políticos de gobiernos locales.

5. Incurre en una grave malinterpretación del Federalismo. Federalismo no solo significa solamente recibir recursos del orden federal, sino también contribuir. En este sentido, el principio del federalismo no debe ser malinterpretado por los gobernadores de la Alianza Federalista, puesto que no es esperar a que la federación resuelva los problemas con su presupuesto, sino que sea una dinámica de acción y efectividad por una causa superior: el proyecto nacional.

6. Es improbable que obtengan respaldo y aprobación de sus congresos estatales y del Senado de la República. En dado caso de que sus ciudadanos concurran con la escisión, aun así lo tendrían que aprobar sus congresos estatales, acto que sería difícil de avalar legislativamente, puesto muchos de los cuales cuentan con la mayoría de Morena. A su vez, no se puede obviar la importancia del Senado de la República, que cuenta con mayoría de Morena y que es el principal Poder de la Unión encargado de ser guardián del federalismo, donde tendría que aprobarse por ¾ partes, conforme lo indica el artículo 46 constitucional. Por ello, la probabilidad legal para que se avale el rompimiento de las partes de la Federación en estos momentos políticos de México es altamente improbable, dado que la iniciativa no proviene de la voluntad ciudadana, y será sumamente complicado para los gobernadores obtener la voluntad política en sus congresos estatales, y a su vez generar una campaña de cabildeo y de convencimiento en el Senado de la República, acto que no difícilmente tendrá lugar acercándose el periodo electoral.

7. Los intentos de separación desatarán una serie de revisiones fiscales por parte de la Federación que les pueden ser contraproducentes, al poderse descubrir que tienen adeudos en sus aportaciones hacia la Federación, acto que pudiera debilitar políticamente su movimiento, y exponer su gestión gubernamental estatal como deficiente ante sus ciudadanos. La base de sus demandas quejosas a la Federación que involucra no haber recibido supuestamente los recursos que les corresponde por parte del orden federal, puede desatar una revisión más exhaustiva por parte del orden federal que descubra que muchos están en una situación de irregularidad ante sus finanzas internas y de las aportaciones tributarias que deben realizar a la Federación. Cabe mencionarse que incluso en la hipótesis que puedan ser independientes dichas entidades federativas, no serían libres de los compromisos y contratos financieros con el Estado Mexicano.

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8. Les sería difícil tener el reconocimiento internacional como naciones independientes, especialmente de los Estados Unidos de América. La independencia de algunas entidades federativas de México sería visto por los EEUU como factores de desestabilización a su seguridad nacional, y con su mera declaración de independencia no bastaría para deslindarse de México, puesto que requerirán el reconocimiento de legitimidad de otras naciones, el cual sería un viacrucis para estos estados obtenerlo, especialmente de los Estados Unidos, que no quiere que se desestabilice políticamente la región.

9. Aun si fueran independientes, serían estados vulnerables geopolíticamente. Incluso si llegasen a ser entes jurídicos independientes incurrirían en una vulnerabilidad geopolítica impresionante, pues estarían rodeados territorialmente de los Estados Unidos Mexicanos al existir en un mismo bloque regional y de nueva cuenta estarían obligados a colaborar con México, dado que ningún estado puede navegar solo en el contexto actual de las relaciones internacionales que, gracias a la globalización, existe una interdependencia política y económica como lo indicó el teórico Joseph Nye.

10. La lucha antagónica de los estados de la Alianza Federalista, acabaría por fortalecer aun más al orden federal, por generarse una serie de reacciones restrictivas por parte de las instituciones federales. Ante ello, es momento que las entidades federativas revisen su rebeldía separatista y la transformen en esfuerzos para la conciliación con la Federación, y a atender las necesidades de sus ciudadanos, dentro de las cuales está la soberanía depositada en el pueblo a la cual están obligados a responder como Ejecutivos estatales, no a sus intereses partidistas o personalistas.

No obstante, si bien el riesgo de un rompimiento de las partes de la Federación no se ve probable a corto plazo, no hay que subestimar los esfuerzos políticos de los gobernadores que están detrás de ello, porque el rompimiento puede suceder de otra manera y sería contraproducente a los ciudadanos: sucedería a través de la continua falta de voluntad política de dichos estados que habría de estresar aun más el trabajo interinstitucional entre la Federación y los estados; habría abandono de políticas públicas transversales que se trabajan con la federación especialmente en materia de salud, y seguridad, por lo que acontecería un impacto mayor en la seguridad ciudadana, y en la atención a la pandemia por el COVID-19.

Asimismo, esta medida rebelde nos habla de una grave crisis en la política del interior en México. Ante ello, es recomendable que la Oficina de la Presidencia y la Segob convoquen a actividades conciliatorias en el ámbito político con los gobernadores, pues el diálogo será el camino de la conciliación para tener un país más estable en el que haya un ambiente para recibir el proceso electoral del siguiente año.

Por lo anterior, es en estos momentos cuando surgen intentos de separatismo, cuando se necesita replantear lo que significa el Federalismo, tanto desde el orden federal como desde las entidades locales. Hablar de los Estados Unidos Mexicanos no es una ilusión, sino un proyecto nacional recurrente y perpetuo, la unidad nacional es una aspiración que permanece en los tiempos, y ante ello, es preciso convocar a una parsimonia en la relación de todas las figuras políticos del país que permita una democracia sana y una armonía en la gestión gubernamental al interior del territorio y de las políticas públicas para atención de los problemas nacionales.

Finalmente, la Federación debe tener en cuenta que eventualmente sí será necesario redefinir el pacto fiscal, pero se podrán anteponer condiciones por parte de la Federación, especialmente con respecto a la rendición de cuentas,

No obstante, en estos momentos es importante convocar a la unidad nacional, y aclarar la inviabilidad del acto rebelde de los gobernadores, cuyos esfuerzos pueden poner en riesgo la estabilidad nacional y la seguridad interior: la unidad de las partes de la Federación es clave para mantener al país ausente de conflictos internos que agraven las condiciones de salud y seguridad que más impactan en los ciudadanos.

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La autora es especialista en Seguridad.

Consulta su sitio: www.mariadehaas.com

Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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