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#ColumnaInvitada | Llegó el momento de las definiciones – Sí por México

Tenemos que pensar muy bien los mecanismos que existen para que la ciudadanía exija un mejor destino para el país. Y ahí es donde las elecciones del 6 de junio de 2021 son tan importantes.
mié 21 octubre 2020 06:20 AM
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Este martes 20 de octubre del 2020 fue presentado Sí por México.

Ya pasó la fiesta, se acabó la borrachera, y está llegando la cruda realidad. La gran expectativa que generó en base a sus promesas quien organizó el convivio con su victoria en julio de 2018 ha probado no solamente no ser cierto ni realizable, sino que se ha provocado un efecto terrible de desolación. Los resultados no se han generado porque nunca se buscaron en realidad. Las promesas fueron ilusas por una simple y sencilla razón, jamás se estudió como volverlas realidad, más allá de expresiones verbales sin contenido formal o programático.

El tema central es, entonces, ¿dónde estamos?, ¿qué es lo que realmente ha sucedido?, ¿cuáles son las variables y riesgos serios hoy en día?, y por lo mismo ¿qué opciones tiene la nación para avanzar hacia un destino diferente? Por ello la ciudadanía en su conjunto tiene que hacer un examen puntual y obligado de lo que sucede hoy en día. La apatía, frialdad, indiferencia y distancia con la que por muchos años la mayoría ciudadana se ha comportado es el gran lastre que debemos romper.

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El que existan millones de personas que se han dedicado, por ejemplo, a trabajar o emprender actividades empresariales de muchos tamaños y sectores no tiene nada de malo. El problema es que durante muchos años (particularmente el anterior sexenio) haya sido un secreto a voces que problemas de corrupción campeaban en el país, que la inseguridad se seguía deteriorando, que los abusos institucionales se multiplicaban, y que tantas otras cosas no funcionaran como debería, y sin embargo muy poco se dijo o hizo para alzar la voz.

Es esa dupla de problemas y omisiones, aunado a un diagnóstico eficaz del malestar ciudadano, lo que permitió que un gobierno autoritario, incompetente, inepto y arbitrario como el que se tiene hoy en la auto-denominada 4T se haya alzado con la victoria en julio de 2018. Pero ya sabemos, a dos años de distancia, que no hay otra meta que la destrucción de todo lo que esté a su paso, sin importar si eso socava aún los hilos más delgados que podrían permitir una mejora en la atención y resultados de los temas más sensibles para la población en general.

Se han destrozado todos los vestigios de anteriores gobiernos sin importar si servían o no. El mandato ha sido eliminar todo lo que sea de los predecesores como sea. El más reciente ejemplo de dicha inercia lo constituye la pésima decisión de ir a disolver fideicomisos públicos en los que se protege el uso de recursos para ubicarlos en tareas específicas de investigación, educación, arte y otras, y así evitar discrecionalidad. Pero basta con que desde Palacio Nacional hayan dicho que se quieren esos recursos para que las Cámaras del Congreso cumplan el deseo.

Como el manejo del erario público ha sido irresponsable e iracundo, están buscando dinero debajo de las piedras. No contentos con agotarse todos los fondos para atender emergencias, derruir el Seguro Popular y vilipendiar en caprichos como Dos Bocas, Santa Lucía y el Tren Maya, ahora le meten la mano a las tareas nobles en las que mayoritariamente se ubican los recursos de fideicomisos. La perene e insustentable, en datos concretos de corrupción, es la espada de Damocles con la que tiran todo a su paso.

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La ruta del inquilino de Palacio Nacional es brutalmente clara: acumular todo el poder posible, eliminar contrapesos, desconocer la división de poderes, dividir al país en base a sus propias ideas de simpatizantes y adversarios, atacar a cualquier persona que se atreva a ser disidente o sostener otra opinión, tildar a la prensa libre como enemigos de sus causas, limitar libertades en función de una misión casi divina de redención, no escuchar a expertos o seguir buenas prácticas (aún en cuestiones complejas o de alta técnica que requieren estudios de fondo como la salud, economía, trabajo, justicia, seguridad, etc.), ver en las leyes estorbos a sus proyectos y caprichos, y en general minar libertades y derechos humanos. La 4T sugiere que por encima de la Constitución y el Derecho está la justicia, pero no cualquiera sino la que el propio AMLO defina como tal (encarnando así la predicción del "Mesías Tropical" – Enrique Krauze dixit). Así de grave es la situación. Vamos a un precipicio sin fondo.

Y por ello ahora tenemos que pensar muy bien los mecanismos que existen para que la ciudadanía exija un mejor destino para el país. Y ahí es donde las elecciones del 6 de junio de 2021 son tan importantes. Es el momento de determinar cómo virar el país fuera de la zona de destrucción y desolación. Es la oportunidad que tenemos para que, por la vía democrática y legal, se emita una determinación soberana sobre lo que pasa en el país. Es el tiempo en que debemos pasar a ser propositivos y no solamente lamentarnos del desastre que se acumula todos los días.

Es en esta coyuntura en que muchas organizaciones ciudadanas nos hemos dado a la tarea de generar una estructura horizontal que con cobertura nacional propone luchar por edificar un país en el que las prioridades de la población sean el eje rector de todas las decisiones que en lo sucesivo se tomen.

Sí por México es la plataforma que se construye a partir de una noción muy sencilla, el país merece un mejor destino que lo que han ofrecido anteriores administraciones en que claramente no se cumplieron las expectativas básicas, pero tampoco en lo que sucede hoy en día en que con populismo, simulación y demagogia se erosiona todo a nuestro alrededor.

En Sí por México, abonamos a que se haga realidad el tener una nación con plenas libertades, instituciones fuertes y un Estado de Derecho real, para lo cual orientamos las mejores causas en las siguientes prioridades:

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· Sí a una democracia plena: porque para que funcione el diseño constitucional del gobierno es necesario que los poderes estén divididos, que haya interacción entre distintas fuerzas, y que sea el diálogo y la discusión constructiva la que genere las mejores decisiones. Por ello tener la Cámara de Diputados con participación de muchos partidos políticos y no dominado por Morena es la misión clave a lograr.

· Sí a la salud y la educación universal con calidad: porque toda la población tiene derecho a recibir salud y educación de calidad, dado que sin estos elementos es imposible pensar que se pueda tener una vida plena y menos progresar. Estos derechos deben ser universales y con amplia cobertura geográfica y social para que se eliminen obstáculos y rezagos sociales lacerantes.

· Sí a la igualdad sustantiva y al combate a la violencia en contra de las mujeres: porque en un país en que se siga tolerando o ignorando las agresiones a las que usualmente están sujetas las mujeres no podemos decir que hay un proyecto viable para que el 52% de la población no se sienta vulnerable todos los días. Aquí no cabe el olvido o la cómoda ignorancia, estamos frente a una tragedia que requiere decisiones de fondo para realmente cambiar las cosas y dar tranquilidad ante la tristísima violencia de género que cobra la vida de al menos 10 mujeres cada día.

· Sí a un medio ambiente sano y sustentable: porque en un país las decisiones de políticas públicas deben adoptarse transversalmente para garantizar que protejamos el entorno en que vivimos, en que el cuidado al aire, suelo, agua y ecosistemas sea un mandato infranqueable, en que las fuentes de energías renovables sean prioritarias y las de origen fósil se vayan reduciendo progresivamente, y que en general todo proyecto tenga como punto de referencia proteger nuestro entorno y la sustentabilidad de toda medida para beneficio y seguridad de nuestras generaciones futuras.

· Sí a una economía inclusiva que combata la pobreza y la desigualdad: porque no se puede tener un país en que se diga que vamos a abatir las diferencias ofensivas si en el fondo se destruyen las posibilidades para que haya un crecimiento y desarrollo real en la mejora de la calidad de vida. No hay substituto que tener mejores trabajos y para ello es necesario permitir que la economía se desarrolle en forma potente a todos los niveles, asegurando que el Estado sea el que se encargue de garantizar el piso parejo a la hora de competir (combatiendo frontalmente prácticas monopólicas), de generar empleo digno y bien remunerado, de facilitar la existencia de negocios lícitos, y además que exista un esquema tributario que apoye y simplifique el desarrollo.

· Sí a la seguridad y acceso a la justicia para todas y todos: porque el país requiere una virtuosa combinación de seguridad nacional, pública y jurídica, y que en todos los rubros cualquier persona sin distinción pueda exigir y tener acceso a la misma atención y resultados. Porque no podemos seguir en un país en que la corrupción, la impunidad y la inseguridad se sigan deteriorando todos los días, incluyendo la actual administración que ha sido anticlimática e incongruente. Hoy peor que nunca y sin rumbo.

El 6 de junio de 2021 no tenemos una simple elección intermedia. No es solamente la elección más importante en cuanto a número de puestos a ser contratados por el sufragio. No es simplemente la oportunidad de cambiar a quienes no han hecho bien el trabajo. Es mucho más. Es la cita histórica para que evitemos que el país se vaya por una ruta de autoritarismo, demagogia y limitaciones. Porque si no los detenemos, y que quede claro, van a querer ir por su idea de la 4T que es tener una cuarta Constitución que derribe el país que aún existe hoy. Quieren un cambio de régimen similar al de países que se caracterizan por su inexistente democracia y absoluta opacidad. Eso no es para nosotros ni para nuestros hijos.

Es por ello que Sí por México constituye la oportunidad que tenemos todos los ciudadanos del país para ir por la ruta de la congruencia, paz, seguridad y orden. Para ello el 20 de octubre se lanza públicamente la plataforma avalada por cientos de organizaciones y miles de ciudadanos. La clave es que ahí cabemos todos, porque abogamos por la esencia del país, y para erradicar la locura que hoy acontece en la vida nacional.

Los esperamos para se sumen en www.sipormexico.org y que en la Asamblea Nacional Ciudadana prevista para el 8 de noviembre próximo se logre la declaración formal de lo que queremos lograr entre la gran mayoría poblacional. Y para ello que en ese acto los partidos políticos que así lo deseen asuman la agenda ciudadana y acuerden trabajar de la mano para lograr la mayoría de los votos en la elección intermedia venidera.

Así estamos hoy en la plena definición de lo que queremos en el país. No podemos asumir que las personas que se eligen puedan trabajar solos, porque ya sabemos que cuando se quedan solos en el poder enloquecen. La ciudadanía debe ser el contrapeso permanente, y en Sí por México y todos los que abonamos a su existencia proponemos generar empoderamiento ciudadano permanente.

Por ello la invitación y la insistencia del sentido de urgencia de no dejar pasar un solo día sin trabajo pleno para defender al país y avalar las prioridades reales e inaplazables. A definirse ya y no dejar pasar esta oportunidad histórica antes de que nos quedemos sin país que heredar a nuestros hijos. ¡Todos a decir Sí por México!

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P.D. No podemos cerrar los ojos ante los enormes riesgos de la militarización creciente del país. Usar a las fuerzas armadas para cuestiones ajenas a la seguridad nacional y la atención de desastres es un error imperdonable. La reciente detención del General Cienfuegos pone de manifiesto el gran problema que representa sostener la política de drogas prohibicionista que enriquece a la delincuencia organizada y que somete a la corrupción hasta los más altos mandos gubernamentales. Abramos los ojos al porqué es urgente regresar al estado la capacidad regulatoria. Y, por supuesto, hacer que sean las autoridades civiles las encargadas de la seguridad pública y no la simulación que hoy existe en cuanto a tener soldados y marinos disfrazados de Guardia Nacional.

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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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