Respeto merecen quienes detentan tan imprescindible función en la sociedad. Sin jueces, sin tribunales, que apliquen el derecho, no es posible la libertad, la justicia, ni la convivencia humana, pues las leyes, cualquiera que sea su contenido, vendrían a convertirse en letra muerta.
Debemos convenir en que administrar justicia no es tarea sencilla, pues inevitablemente habrá intereses que se sienten lesionados ante un fallo adverso. Sin embargo, puede decirse que un buen juez es aquel que interpreta y aplica el derecho con una técnica impecable, sin necesariamente encausar su fallo hacia una determinada convicción. Sin embargo, hay otro tipo de juzgador, como lo fue la jueza de la Suprema Corte de Estados Unidos, aquellos que, como ella, entienden que la piedra angular del bien común y las libertades humanas son el derecho y la justicia. Y ven la justicia como ideal, como valor, que exige ser realizada y esto no puede lograrse sino mediante una constante convicción a través de sus fallos progresivos, muchos de ellos innovadores.
Como es bien sabido el paso de quien por su popularidad fue apodada “The Notorious R.G.B”, hacia la corte fue una completa travesía llena de paciencia, de lucha, pero sobre todo de talento y pasión por sus convicciones. Convicciones no solo plasmadas en sus fallos correctamente encauzados hacia los ideales de igualdad y libertad, sino también, sobre el legado que sus acciones personales, mas allá de la investidura como jueza, tendrían para las futuras generaciones de abogadas. Comprendió que su ejemplo de vida acrecentaría las posibilidades de todas las mujeres de ser juezas, abogadas de una firma, fiscales o servidoras públicas.
Es exorbitante pensar que de los 113 lugares que ha tenido la Suprema Corte de Estados Unidos de Norte América solo cuatro lugares han sido designados a mujeres. Sin embargo, esta opción era impensable antes de 1981 cuando la Juez Sandra Day O'Connor abrió por primera vez estas puertas, pasos que luego seguiría la Juez Bader, quien en 1993 se convirtió en la segunda mujer en llegar a este lugar.