Y en aquel 2012, Córdova Vianello era consejero electoral, uno de los más jóvenes de la historia, apenas había llegado en diciembre del 2011 y el 4 de febrero del 2014, ya era presidente del instituto. Una suerte extraordinaria, para el joven abogado, recién egresado como del doctorado, que venía prácticamente llegando de Turín, Italia.
Desde que Córdova tomó posesión del cargo de presidente del INE, las controversias hacia su figura han sido constantes. Córdova, ha sido racista; se ha burlado de los indígenas, por lo que ha buscado defender en diversos medios su reputación y se ha enfrentado al actual presidente sembrando, a través de influencers, la “defensa al INE” ante las reiteradas críticas hacia los polémicos consejeros.
Desde el 2014, el INE que heredó Córdova ha tenido nubes oscuras a su alrededor, a tal grado que la confianza en el instituto ha sido pulverizada, según encuestas de diversas agencias respetables.
Al día de hoy, la elección que viene es inquietante, pues lo que ocurre con las declaraciones de Lozoya contra los partidos políticos, por supuesto, golpea al INE.
Dicen que hay dos cosas que no se pueden esconder: el amor y el dinero. ¿En serio nunca se dieron cuenta los consejeros con toda su experiencia y conocimiento de los miles de millones que se despilfarraron en las contiendas del 2012, 2015 y 2018?
Sería ingenuo pensar que no se enteraron los máximos árbitros de las contiendas.