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#ColumnaInvitada | El discurso politizado del técnico en Berriozábal

El subsecretario Hugo López-Gattell ha optado por convertirse en un actor político más que en uno científico técnico, condición que ya lo ha metido en afrentas innecesarias.
vie 24 julio 2020 11:36 AM
López-Gatell en Chiapas.jpeg
El subsecretario realizó una gira por el estado de Chiapas.

En mi anterior colaboración reflexionaba del Técnico Politizado Dr. Hugo López-Gatell Ramírez. Esta semana, en el municipio de Berriozábal, volvió a la carga con su mágico pensamiento al señalar que se debe de disminuir el consumo de sal y de azúcar (que estoy de acuerdo) y agregó: “¿Para qué necesitamos veneno embotellado de los refrescos? ¿Para qué necesitamos comer donas, pastelitos y papitas que además traen la alimentación tóxica y la contaminación ambiental como la botella de plástico y la envoltura, que luego acaban en los riachuelos y se van al Cañón del Sumidero y van a llegar al mar a contaminar?”.

Como profesor e investigador universitario que he sido, una de las principales recomendaciones que doy a mis alumnos o colaboradores que piensan incursionar o se integran en la administración pública, es el no dejar que su labor técnica o científica sea opacada por intereses o visiones políticas, dado que eso nubla su objetividad en el proceso de toma de decisiones.

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Si bien este consejo aplicaría para todos los funcionarios de la administración pública, es clave para aquellos que lo hacen en el Sector Salud; puesto que en la salud el impacto tiene que ver con la formulación de políticas públicas que inciden directamente en la calidad e incluso en la vida de personas a las que se tiene proteger aún en momentos de crisis como las que esta pandemia sigue generando. Por ello, además del valor técnico, debe sumarse el conocimiento de la administración, requisito ya previsto por ejemplo en la Ley de Los Institutos Nacionales de Salud para quienes pretendan ocupar el encargo de la Dirección, propuesto por quien esto escribe en la LX legislatura.

Como hemos venido señalando desde el Congreso de la Unión y ahora es una realidad confirmada, el subsecretario Hugo López-Gattell ha optado por convertirse en un actor político más que en uno científico técnico, que es lo que su posición demandaría, condición que ya lo ha metido en afrentas innecesarias con gobernadores, burócratas, padres de familia, grupos de pacientes, periodistas y el sector privado.

En su calidad de secretario de Salud (en funciones fácticas), tanto al frente del Consejo de Salubridad General como en la Dirección (¿Coordinada?) del IMSS, ISSSTE e INSABI, ha traído al país sin una visión clara de hacia dónde se dirigen los esfuerzos de la “Cuarta Transtornación (Sic.)” pues la planeación y la programación no son su fuerte al parecer.

Cito tres ejemplos contundentes: la Ausencia del Plan Sectorial de Salud que debió haberlo presentado hace más de 6 meses; la Ausencia del Plan Nacional de Salud con casi mismo vencimiento; la Ausencia de la Normativa del INSABI, responsable a decir de ellos de la atención de 73 millones (más los 12 millones que han quedado sin empleo) de personas sin seguridad social, vencida el 30 de junio y que provoca que no sean definidos los principios básicos del derecho a la protección de la salud como qué padecimientos, insumos y medicamentos serán incorporados “progresivamente” en su realismo mágico en coordinación con las entidades Federativas.

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Esta falta de planeación e integración del Sector Salud quizá fue la fuente del conflicto que obligó a la Dra. Asa Cristina Laurell a presentar su dimisión. ¿Realmente debe invertir el tiempo en eventos como la instalación del “primer comité de salud comunitaria en el país” en uno de los municipios “de la esperanza” en vez de atender a la Planeación del Programa Sectorial del Salud? Creo con firmeza que no, máxime que los impuestos de las y los mexicanos se invierten a través de un mecanismo presupuestal por programas; de los cuáles hay también evidencias contundentes de su descuido, por ejemplo, en la asignación y ejercicio presupuestal en programas para la vigilancia epidemiológica y el control del sobrepeso, obesidad y diabetes que han sufrido en sus dos años presupuestales de su absoluta responsabilidad una disminución presupuestal y subejercicio de lo poco asignado.

Ya lleva un tercio de su administración como Secretario Totipotencial y en vez de seguir “pintando futuros imaginarios” sustentados en verborreas politizadas y asignando culpables a diestra y siniestra debiera planear y programar. Cito un ejemplo de sus dichos: “La vida natural que ustedes tienen aquí es ejemplo de lo que debimos seguir haciendo desde hace 40 años. La salud que tiene México sería muy distinta si no nos hubiéramos dejado engañar por esos estilos de vida que se ven en la televisión, se escuchan en la radio y lo vemos en los anuncios como si fuera la felicidad. No. Las condiciones naturales de vida son las que nos hacen conservar la salud todos los días. Ustedes no tendrían por qué tener personas con sobre peso y si las tienen es porque están comiendo de más, pero no de la alimentación natural sino porque están tomando refrescos y jugos. Les llaman jugos a los que están embotellados, pero es pintura con azúcar”.

Concluyo estimados lectores citando el clásico: “Si no se sabe a dónde se va, cualquier camino es bueno”. Frase que es inmoral y poco ética en el caso de la salud. Preguntas al aire acerca del municipio de Berriozabal visitado: ¿Cuántas escuelas tienen agua potable? ¿Cuál es la cobertura de vacunación de su población? ¿Cuál ha sido el resultado de su acción en 17 meses en el programa de sobrepeso, obesidad y diabetes?

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Nota del editor: el autor médico cirujano y diputado federal del PAN por el estado de Guanajuato.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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