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#LaEstampa | La resistencia de AMLO al cubrebocas

Cuando los historiadores revisen la respuesta de la humanidad a la pandemia de principios del siglo XXI, uno de los grandes misterios será la absurda resistencia de algunos a usar cubrebocas.
jue 23 julio 2020 11:59 PM
(Obligatorio)
El presidente solicitó en la mañanera al secretario de Hacienda que "aclarara" sus palabras sobre el uso del cubrebocas.

Primero lo primero: no hay ninguna duda de que utilizar la mascarilla sanitaria ayuda a prevenir el contagio de coronavirus. La breve polémica sobre su beneficio que escuchamos al principio de la pandemia ya no existe más. Aunque no es lo mismo un cubrebocas profesional que uno improvisado, cualquier tipo de protección sobre nariz y boca tiene un efecto positivo para prevenir la transmisión del maldito virus.

No hay un solo organismo internacional, ninguna institución de salud ni tampoco gobierno responsable alguno en el planeta Tierra que no esté de acuerdo: hay que usar mascarilla. Los beneficios son enormes y, ahora, plenamente medibles.

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Cuando los historiadores revisen a detalle la respuesta de la humanidad a la amenaza de la gran pandemia de principios del siglo XXI, uno de los grandes misterios será la absurda resistencia de algunos a usar cubrebocas. La historia los juzgará con dureza y perplejidad.

El juicio será aún peor para los gobiernos que, en un acto de obstinación incomprensible, insisten en no promover las mascarillas sanitarias o, aún peor, descalificar su eficacia como auxiliar en la prevención. En esa categoría estará el presidente de México. Y estará, quizá, completamente solo. Para cuando esta pesadilla termine, es enteramente posible que Andrés Manuel López Obrador sea el único presidente del mundo que insista en evitar el uso del cubrebocas a como dé lugar.

La escena del miércoles en Palacio Nacional desafía la imaginación, no solo por la humillación pública del secretario de Hacienda, que había compartido una conclusión sensata y acertada sobre la importancia del cubrebocas para garantizar la posibilidad de volver a una cierta normalidad, sino por la sorna chocarrera con la que el presidente, de nuevo, habló de las mascarillas.

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“Si fuese el cubrebocas una opción para la reactivación de la economía, pues me lo pongo de inmediato”, dijo, con esa sonrisa extraña que ahora tiene, el presidente.

Lo extraño y doloroso es que la mascarilla sanitaria sin duda es una “opción para la reactivación de la economía”. Si los consumidores no tienen confianza de estar seguros a la hora de salir a la calle, no hay economía posible. Y eso es lo de menos. Con pandemia no hay economía. Sin cubrebocas, la pandemia tiene más probabilidades de permanecer entre nosotros. ¿Qué parte de todo esto no comprende el presidente de México?

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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