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#ColumnaInvitada | Pónganse en mis zapatos: las mujeres y la violencia

Empecemos a entender que el tema de violencia de género está mimetizado con un sinfín de machismos culturales que debemos romper.
lun 22 junio 2020 06:20 AM
Estefania Medina Ruvalcaba y Adriana Greaves Muñoz
Estefania Medina Ruvalcaba y Adriana Greaves Muñoz, cofundadoras de TOJIL.

Si hoy pidiéramos que levanten la mano quienes están en desacuerdo con la violencia en contra de las mujeres, quizás había muchas manos entusiastas levantadas y muchos defensores de la causa. Sin embargo, esta pregunta resulta un poco más compleja cuando vemos los casos que día a día quitan la vida a 10 mujeres en nuestro país.

Por ejemplo, pensemos el siguiente caso: si una mujer recurrentemente recibe comentarios de su jefe que le dicen lo bonita y atractiva que es, le lleva regalos y ofrece que se tome días libres, pero le recuerda lo importante que es llevarla bien en el trabajo y la gran lista de gente que tiene para contratar en su lugar. Además, en varios casos ha detectado que él realiza tocamientos en sus glúteos o senos, que aparentemente son “accidentales”, pero que ella advierte que son con toda la intención, hasta que un día finalmente al término de un evento de convivencia de la oficina, ella ingiere bebidas alcohólicas y mientras ella pierde la conciencia su jefe aprovecha esta situación para violarla.

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¿Cuántos de ustedes considerarían que ella tuvo la culpa de esta violación? ¿Cuántos de ustedes creen que ella pudo evitar que pasara eso? ¿Cuántos de ustedes creen que ella provocó o consintió esa situación?

Pues todo este tipo de prejuicios y machismos que seguramente están en la mente de quienes leen estas líneas; desafortunadamente, también están en la mente de las y los policías, ministerios públicos y jueces encargados de investigar estos delitos, e incluso de los compañeros de trabajo y de la propia familia de las mujeres.

Por eso es que ante el primer comentario o tocamiento “accidental”, para algunas mujeres es aún desconocido que eso puede ser una forma de violencia, a su vez, le consume un sentimiento de vergüenza de contar lo que ocurre y mucho más de ser juzgada como la culpable de “provocar” lo que está sucediendo y un terrible miedo de perder su trabajo que le es indispensable para vivir. Ello, aunado al pánico de solo pensar en poner un pie en un ministerio público que a la distancia se ve tan lejano y tan complejo.

Caso similar pasa con los abusos en casa, en donde todo pudo empezar con un grito, un pequeño empujón, hasta que su pareja le encierre en la casa, le da un golpe, le amenaza con llevarse a sus hijos y no volverla a ver, le prohíbe ver a su familia, hasta que un día, quiere salir y no sabe cómo hacerlo, ni a donde ir, ni que decir ni cómo explicar el no haber salido al primer empujón. Lo cual se incrementado y magnificado a la luz del confinamiento por COVID-19.

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Para todos esto casos, invitamos a que nos pongamos en sus zapatos, empecemos a entender que el tema de violencia de género está mimetizado con un sinfín de machismos culturales que debemos romper, pero sobre todo, que están permitidos porque se ven amparados por el velo de impunidad que cubre a estos crímenes, muchas veces silenciosos.

Para todas ustedes y para los que quieren saber más sobre violencia de género y qué hacer si estamos en riesgo, TOJIL y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México hemos lanzado un micrositio que explica paso a paso, cuándo se es víctima de violencia, dónde se puede denunciar e incluso la posibilidad de enlazar directamente a la presentación de denuncia en línea para algunos delitos.

Visítenlo https://tojil.org/que-es-la-violencia-de-genero y pongámonos en sus zapatos.

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Nota del editor: Estefania Medina y Adriana Greaves son cofundadoras de la Organización Tojil.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de las autoras.

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