Esto lo dejó claro Sánchez Cordero, quien celebró que hayan invalidado la “Ley Bonilla”. “Como exministra de la SCJN y por la posición que ocupa hoy, es partidaria y defensora de la Constitución federal, así como del Estado constitucional de derecho”, señaló la dependencia a su cargo.
Hace apenas unas semanas, Bonilla llamó “falso” y exigió “la verdad” al subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, pues cuestionó los números de contagiados de COVID-19.
El polémico gobernador fue más allá y realizó una videoconferencia para cuestionar los números de la 4T.
Esa situación mostró una relación tóxica entre el gobierno norteño y el federal. Esta semana se notificará al Congreso de Baja California la decisión tomada por la Suprema Corte, pero también el mensaje político que llegará desde la Ciudad de México tiene un trasfondo más alarmante: a Bonilla lo están dejando a su suerte. Tanto la ambición desmedida como la intención de perpetuarse en el poder bajo la transa no solo le costaron el desprestigio de ser derrotado en el máximo tribunal del país, sino también el descobijo y la lejanía con el gobierno federal, de su propio partido político.
Son malas noticias para Jaime Bonilla, pero excelentes noticias para un país que sigue luchando por consolidar su democracia aún muy joven y débil.
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