Tribuna y bagaje...
De lo que más he hablado en tribuna como senadora es de lo que considero los dos más grandes errores de política pública actualmente: la cancelación del aeropuerto y las malas señales para la inversión privada en el sector energético.
Hacienda está haciendo bien su trabajo, pero es la política pública en general la que no deja al país crecer y sin crecimiento económico no hay prosperidad. Estuve al frente de la Subsecretaría de Hacienda y Crédito Público en un periodo muy complicado. Pero cuando las malas noticias no se materializan (por fortuna), nadie se acuerda. Me tocó una caída de 40% de los precios del petróleo, los entornos electoral y postelectoral en EEUU, la amenaza de la cancelación de NAFTA y la casi-inminente baja de calificaciones de Pemex y del soberano, lo cual no ocurrió por un equipo de extraordinario de profesionales que trabajamos para pensar opciones, debatir ideas, crear juntos lo que consideramos las mejores políticas públicas para el momento, y darle viabilidad económica y solidez financiera al país.
No solo no nos bajaron la calificación crediticia del país, sino, aun en este complicado entorno, la subieron o nos pusieron en perspectiva positiva, y crecimos 2.1%, reitero, en un entorno completamente adverso.
Me tocó ser también la primera mujer en México no solo de ser Subsecretaria de Hacienda, sino, en consecuencia, presidir los Consejos de Administración de la Banca de Desarrollo, de los órganos reguladores del sector financiero, ser la primera mujer en la historia en clausurar la Convención Bancaria, la primera en participar en la Junta de Gobierno de Banxico (cuando convocan a Hacienda).
También me tocó representar a México en los principales organismos financieros internacionales: FMI, BM, G-20, Financial Stability Forum. Pero de lo más retador el mundo que he hecho es pararme en Wall Street, presentarme ante un público de 50 inversionistas y explicarles y convencerlos de nuestra política económica, contestar todas sus dudas, y al final ver caras satisfechas y saber que van a seguir invirtiendo en tu país. También hablar en nombre de México en foros internacionales es un honor y una responsabilidad enorme. Y para acabar, de lo más padre es ser un ejemplo para las chavas de las generaciones que vienen, de que sí se puede romper el “techo de cemento” que hay en el sector financiero. Hay que estudiar mucho y ser competitiva”.
¿Ser mujer en un mundo financiero fue fácil?
Ser mujer en un mundo financiero lo califico, no como techo de cristal, sino como techo de cemento. Hay que mostrar capacidad como nunca nadie la haya demostrado antes jamás.